Miami, marzo de 2011
Baruj Salinas es un auténtico artista crisol de culturas. De origen judío, nacido en Cuba(1938), estudiante de Arquitectura en Ohio, influido por corrientes pictóricas de Europa y Norteamérica, practica una arte abstracto cuajado de color.
En la Habana abrió sus ojos a la luz, una luz viva, llena de matices, que jamás habría de perder, aunque desde 1959 se alejara de su isla para asentarse en Miami. También residió algún tiempo en Europa. En Barcelona trabajó al lado de Miró y Tapies... y su pintura ha evolucionado desde inicios figurativos a un abstracto con reminiscencias cósmicas.
La obra de Baruj Salinas está en grandes museos e instituciones artísticas de Estados Unidos, Suiza, España, Francia, Italia Israel, México, Argentina, Colombia, etc.
La muestra, del 9 de marzo al 21 de abril, en el museo Jose Luis Cuevas, de la capital federal mexicana, “consiste en un recorrido por los diferentes estilos y temas que he llevado a cabo, en gran parte mientras estuve viviendo en Barcelona”, según comentó a guiarte.com el artista.
Es una retrospectiva con 30 años de trabajo: Lenguaje de las
Nubes; Volcanes; Pencas de Palma; Claros del Bosque; Archipielagos; y mucha obra totalmente No-figurativa (abstracta). El catálogo lleva un texto de Carlos Monsivais que incide mucho en el Tropico.
Esa pintura expansiva, esperanzada y colorista tiene, en efecto, mucho que ver con el Trópico:
“Quizá el hecho de haber nacido en una isla tropical me influyó decisivamente a la hora de expresarme. Esa luz tropical, intensa, ha sido vital para mi pintura. Sin embargo no soy ajeno a las influencias externas. Fíjate en mi obra realizada en Barcelona, donde imperaban los grises y los blancos, quizá debido a la calidad de la luz, que para mí era tamizada. Aunque debo señalar que lo del color blanco fue influencia directa de María Zambrano, con la cual colaboré en un buen número de libros de artistas realizados con ayuda de Orlado Blanco, de Editart, en Ginebra. Allí conocí a María, en su exilio”.
Baruj Salinas, que estudió arquitectura de Joven, abandonó esta profesión en beneficio de la pintura: “Dejé la arquitectura por falta de espacio para maniobrar. Me refiero a la falta de libertad. Siendo arquitecto uno está supeditado a los asuntos de dinero, a los deseos de los clientes y otros muchos problemas que se te van presentando. En la pintura soy árbitro y ejecutor. Y es excitante ver cómo de un espacio blanco va surgiendo la obra que tienes en la mente. Aunque es cierto que casi nunca lo que tienes en tu mente se traduce en una fiel reproducción al pasarla al lienzo. Y es que el cuadro adquiere vida propia a medida que va desarrollándose”.
Su obra abstracta responde a otra constante vital: el amor a la libertad. “Me fui decantando hacia la abstracción –explica- por una razón básica: la libertad. Para mí fue una revelación temprana el ver la obra de un Pollock o la de Kooning. Sentí afinidad al enfrentarme ante sus obras. Para mí el acto de pintar tiene una relativa espontaneidad”
Archipielago VII, de Baruj Salinas, en la muestra del centro Jose Luis Cuevas de México. guiarte.com
Atolón en verdes, de Baruj Salinas, en la muestra del centro Jose Luis Cuevas de México. guiarte.com
Dos nubes, de Baruj Salinas, en la muestra del centro Jose Luis Cuevas de México. guiarte.com
Algae, de Baruj Salinas, en la muestra del centro Jose Luis Cuevas de México. guiarte.com