Guía de Sintra

La Ciudad



A 30 km de Lisboa, la ciudad portuguesa de Sintra cuenta en la actualidad con unos 33.000 habitantes y es Patrimonio de la Humanidad de la UNESCO desde 1995.

La mejor forma de llegar a Sintra es viajando en tren desde Lisboa. Se toma en la estación de Rossio, y tarda unos 45 minutos. Otra forma de llegar a la ciudad es mediante el coche, pero puede resultar un poco complicado encontrar aparcamiento.

Sintra está dividida en tres barrios yuxtapuestos en diferentes alturas: la ciudad vieja, la ciudad moderna o Estefânia y San Pedro. Estas tres zonas pueden recorrerse andando, pero los que lo prefieran pueden optar por tomar el autobús o viajar en el centenario tranvía de Sintra.

Las callejuelas son empinadas y están empedradas, por lo que es recomendable tomarse la visita con calma y realizar alguna que otra parada para descansar.

La ciudad vieja, o casco histórico, cuenta hoy en día con un gran número de tiendecitas en las que se puede adquirir artesanía portuguesa y objetos de anticuario. En esta zona se encuentran además gran variedad de locales en los que degustar el dulce típico del lugar, las queijadas y dar un paréntesis al cansancio de los pies durante un rato.

La sierra de Sintra sustenta renombre internacional gracias a sus parajes naturales y a una colección de lujosas edificaciones y monumentos arquitectónicos que han valido para que la UNESCO clasifique el lugar como Patrimonio Mundial, bajo la designación de Paisaje Natural de Sintra. El Palacio da Pena y la Quinta de Monserrat, se han convertido en ejemplos del Romanticismo Europeo más exuberante y exótico.

El agradable microclima de Sintra hace que la vegetación sea frondosa, y que los paisajes sean magníficos, independientemente de la época del año en que contemplemos la ciudad.

La Historia

La diversidad de palacios, casas señoriales, castillos y demás edificaciones constatan un pasado de evidente importancia en Sintra.

Sintra, que poseé el estatuto de villa; fue conquistada en el año 1147 por Alfonso I de Portugal a la Taifa de Badajoz.

Los vestigios arqueológicos del lugar reflejan una intensa historia. Ya en tiempos del dominio musulmán se acomodaron aquí alcaides y gerifaltes, de ahí la herencia árabe patente en construcciones como el Palacio Nacional o da Vila.

Tras el paso de los árabes, y con la conquista de Lisboa por el Rey Alfonso I de Portugal, Sintra recibiría de manos del monarca la Carta Foral, y se convertiría durante más de ocho siglos en una residencia preferida por los reyes portugueses, que buscarían en el amparo de la maleza un lugar en el que descansar y disfrutar de la naturaleza en su estado más puro.

La villa sobreviviría al terrible terremoto de Lisboa de 1755.

El periodo de mayor esplendor de Sintra tiene lugar a finales del siglo XVIII y se prolonga durante todo el siglo XIX. Durante este tiempo, el espíritu romántico de la época encuentra en los místicos paisajes de Sintra un lugar de magia.

De esta forma, magnates extranjeros o románticos como Lord Byron fijarían aquí sus lujosas residencias en forma de palacetes y casonas reformadas.

Sintra atraería también a multitud de artistas. Tanto pintores como escritores o músicos llegarían al lugar en busca de la inspiración de la naturaleza. Hoy es un lugar de gran interés, cuyo atractivo se ha fortalecido con su inclusión en la lista del Patrimonio Mundial de la UNESCO.