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Comenzar Cuentaviajes de Santorini

Un hermoso recorrido por el archipiélago de Santorini (en el Mar Egeo), una tierra de colores nítidos, marcada por su historia volcánica.

Las huellas de una explosión Mulos y moscas Recorriendo la isla Lugares perdidos Y Oia Otros datos

Las huellas de una explosión

¡Qué bonita sería la isla de Santorini sin turistas! Claro, que si no hubiera turistas, Santorini estaría abandonada, nadie viviría allí, todo lo más un puñado de pescadores y otro de viticultores.

Hace 3.560, una isla de las Cícladas griegas explotó literalmente. En realidad era un volcán que había vuelto a la actividad y que terminó volando por los aires. Sólo quedaron algunos tramos de las faldas del cráter, formando un anillo de islotes: Thira, el principal, al este; Thirasia al oeste y Nea Kameni en el mar interior formado por ambos.

El espectacular paisaje del volcán, con lavas y arenas rojas, negras y blancas, se ve festoneado por las casas blanquísimas y azules colgadas de los acantilados en un equilibrio imposible.

Los pueblos son un dédalo de callejuelas, con el pavimento pintado en un impoluto blanco, donde se suceden los hoteles con encanto, restaurantes, tiendas de todo pelo, locales de música, refugios de artesanos y villas de ricachones.

El conjunto invita al paseo, pero no sólo al viajero individual, sino también a los miles de turistas que cada día llegan en avión o en algunos de los numerosos cruceros que fondean durante unas horas en el mar azul de La Caldera. Así que la circulación peatonal es en manada, una babilonia de lenguas y cámaras digitales retratando todo lo que se pone al alcance del ojo.

Los pueblos, aferrados a un paisaje con las huellas del vulcanismo. Imagen de Miguel Moreno. Guiarte.com Copyright

Los pueblos, aferrados a un paisaje con las huellas del vulcanismo. Imagen de Miguel Moreno. Guiarte.com Copyright

El pequeño puerto de Oia. Imagen de Miguel Moreno. Guiarte.com Copyright

El pequeño puerto de Oia. Imagen de Miguel Moreno. Guiarte.com Copyright

Mulos y moscas

Las chalupas de los cruceros marítimos llegan al puerto de Ormos Firon, en Fira, la capital, y desde allí hay que subir los 300 metros de pared por unas escaleras en zigzag compartida con recuas de mulos.

El que sube andando, pisa lo que se encuentre. El que sube montado en mulo se ahorra las bostas, pero no las moscas. Afortunadamente existe un funicular que evita el tránsito a pie o en semoviente.

Una vez en el borde superior del cráter, el paseo es la actividad principal. Apenas hay arte. Las iglesias son vistosas por el colorido, pero sin otro interés añadido.

Los únicos que están de enhorabuena son los aficionados a la arqueología. Hay nada menos que dos museos, uno de Prehistoria y otro de Arqueología. En el primero están las pinturas y otros restos de Akrotiri, un fenomenal yacimiento egeo situado al sur de la isla. El otro museo también tiene importantes piezas de la historia antigua de Grecia.

Personas y mulos comparten las escaleras para ascender a Fira. Imagen de Miguel Moreno. Guiarte.com Copyright

Personas y mulos comparten las escaleras para ascender a Fira. Imagen de Miguel Moreno. Guiarte.com Copyright

Fira desde el Mar. Imagen de Miguel Moreno. Guiarte.com Copyright

Fira desde el Mar. Imagen de Miguel Moreno. Guiarte.com Copyright

Recorriendo la isla

Las playas buenas y amplias están distribuidas por todo el mundo, pero las del Mediterráneo son particularmente apetecibles por la temperatura del agua.

Santorini es una isla mediterránea con agua cálida, pero tan joven y tan volcánica que no tiene playas de arena fina. A cambio, se puede disfrutar de una variedad cromática tan sólo comparable a su riqueza geológica.

En Kokini Ammos las piedras son rojas, en Perivolos la arena es gris, en Perissa nos encontraremos con basalto negro, y en Aspri abunda el blanco, en realidad cenizas acumuladas.

Buena parte de los visitantes de Santorini no se mueven de la cornisa oeste, de los pueblos más importantes, y se pierden otra visión interesante de la isla.

En realidad, a espaldas del acantilado, la falda del volcán desciende suavemente hacia el este. El 90% de esta parte de la isla está deshabitado, cubierto de viñedos, con minúsculos pueblos costeros y algunos núcleos urbanos dispersos entre los cultivos.

Imagen de un pueblo del interior de Santorini. Imagen de Miguel Moreno. Guiarte.com Copyright

Imagen de un pueblo del interior de Santorini. Imagen de Miguel Moreno. Guiarte.com Copyright

Los templos destacan sobre la imagen de este lugar del interior de Santorini, Imagen de Miguel Moreno. Guiarte.com Copyright

Los templos destacan sobre la imagen de este lugar del interior de Santorini, Imagen de Miguel Moreno. Guiarte.com Copyright

Lugares perdidos

Emporio es uno de estos lugares perdidos, a los que sólo llegan los coletazos del turismo, pero donde el tiempo parece haberse detenido.

Akrotiri es una asignatura pendiente desde hace varios años. Un desgraciado accidente provocó el cierre de uno de los yacimientos prehistóricos más interesantes de Grecia, con viviendas de varios pisos, un incipiente urbanismo y un arte elegante y clásico. Cabe esperar que pronto se pueda visitar de nuevo.

Para matar el gusanillo arqueológico, se puede ir hasta la antigua Thira, en la costa este de Santorini.

La subida en coche hasta la plataforma de entrada es espectacular, a través de una carretera zigzagueante empedrada en la que parece que se van a desmontar los coches entre bache y bache. La visita se hace a pie, después de una fuerte rampa que conduce a una meseta elevada, con vistas impresionantes sobre el mar, batida por todos los vientos, llena de edificios nobles y arruinados, pero inhabitable por la falta de agua y la vegetación rastrera.

La seguridad era la razón de ser de la vieja Thira; cuando cambiaron las circunstancias, los habitantes bajaron corriendo a disfrutar de la amabilidad de las vegas, de las fuentes y del cobijo del dios Eolo.

Pueblo del interior de Santorini. Imagen de Miguel Moreno. Guiarte.com Copyright

Pueblo del interior de Santorini. Imagen de Miguel Moreno. Guiarte.com Copyright

Las casas se aferran al abrupto terreno volcánico, Imagen de Miguel Moreno. Guiarte.com Copyright

Las casas se aferran al abrupto terreno volcánico, Imagen de Miguel Moreno. Guiarte.com Copyright

Y Oia

Por la costa oeste y norte, prácticamente vírgenes, se puede dar la vuelta a Santorini hasta llegar a Oia, un hermosísimo pueblo en el que se concentran cada tarde miles de personas para ver la puesta de sol.

La verdad es que el ocaso es igual de llamativo desde cualquier punto de la isla, pero la moda manda, y todos los turistas siguen –seguimos- el impulso gregario: codazos, amontonamientos, escaladas a terrazas privadas, equilibrios peligrosos en cornisas para ver cómo desaparece el sol tras la línea del horizonte.

Cuando se oculta del todo, los asistentes aplauden, tal vez de alegría por haber terminado la representación colectiva. A partir de ese momento comienzan los paseos perezosos de tienda en tienda, de rincón en rincón, a la búsqueda de una terraza para cenar.

Una buena alternativa a la aglomeración de la puesta del sol es bajar al puerto de Oia, un refugio minúsculo en el que apenas caben cuatro barcas y un puñado de personas.

Santorini es, en definitiva, algo más que una postal, mucho más de lo que pueden ver en unas horas los viajeros de los cruceros, bastante más que playas de moda o terrazas de copas. Eso sí, quien pueda, que vaya en primavera, o en otoño, cuando apenas hay turistas.

Un bonito hotel, un coche de alquiler… y a disfrutar de la historia y del paisaje.

Puesta de sol en Oia. Imagen de Miguel Moreno. Guiarte.com Copyright

Puesta de sol en Oia. Imagen de Miguel Moreno. Guiarte.com Copyright

La gente se arremolina para ver la puesta de sol en Oia. Imagen de Miguel Moreno. Guiarte.com Copyright

La gente se arremolina para ver la puesta de sol en Oia. Imagen de Miguel Moreno. Guiarte.com Copyright

Otros datos

Santorini es un minúsculo archipiélago de restos volcánicos y forma circular, ubicado en el Mar Egeo, al norte de Creta, con una superficie de unos setenta kilómetros cuadrados y unos 15.000 habitantes.

La isla mayor, Santorini, tiene una forma de media luna (rodeando a la antigua caldera volcánica) y en torno a ella hay algunas islitas menores.

Es básicamente un resto de una explosión volcánica, en torno a la caldera, de forma ovalada, donde hay profundidades de hasta 400 metros. En uno de los acantilados se ubica Fira, la capital de la Isla.

La explosión volcánica tuvo lugar hacia el año 1627 a.C. e interrumpió una avanzada cultura de la que quedan algunas muestras, vinculadas a la civilización minoica. Según algunos estudiosos, la erupción debió generar un inmenso maremoto que causó el colapso de la civilización cretense de aquel momento. La explosión fue detectada en Egipto y China.

El nombre de Santorini deriva de Santa Irene, el nombre que le dieron los venecianos, dominadores del enclave, del siglo XIII al XVI.

Un gran navío de turismo, en el centro de la caldera de Santorini. Imagen de Miguel Moreno. Guiarte.com Copyright

Un gran navío de turismo, en el centro de la caldera de Santorini. Imagen de Miguel Moreno. Guiarte.com Copyright

Playa de Kamani. Imagen de Miguel Moreno. Guiarte.com Copyright

Playa de Kamani. Imagen de Miguel Moreno. Guiarte.com Copyright

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