Cuentaviajes Santorini: la vida colgada de un volcán

¡Qué bonita sería la isla de Santorini sin turistas! Claro, que si no hubiera turistas, Santorini estaría abandonada, nadie viviría allí, todo lo más un puñado de pescadores y otro de viticultores.

Las chalupas de los cruceros marítimos llegan al puerto de Ormos Firon, en Fira, la capital, y desde allí hay que subir los 300 metros de pared por unas escaleras en zigzag compartida con recuas de mulos.

Las playas buenas y amplias están distribuidas por todo el mundo, pero las del Mediterráneo son particularmente apetecibles por la temperatura del agua.

Emporio es uno de estos lugares perdidos, a los que sólo llegan los coletazos del turismo, pero donde el tiempo parece haberse detenido.

Por la costa oeste y norte, prácticamente vírgenes, se puede dar la vuelta a Santorini hasta llegar a Oia, un hermosísimo pueblo en el que se concentran cada tarde miles de personas para ver la puesta de sol.

Santorini es un minúsculo archipiélago de restos volcánicos y forma circular, ubicado en el Mar Egeo, al norte de Creta, con una superficie de unos setenta kilómetros cuadrados y unos 15.000 habitantes.