Otros edificios civiles destacables
En el Santander de fines del XIX y principios del XX hubo un periodo de esplendor que quedó reflejado en muchos de sus edificios.
Un punto destacado es la cercanía del palacio Real de la Magdalena, donde se desarrolló una fase expansiva que podemos sintetizar en tres edificios: el gran Casino, ya mencionado; el hotel Real y el chalet de Adolfo Pardo.
El hotel Real, es emblemático, por su situación dominando una colina boscosa y con magníficas vistas sobre la bahía. Tiene cinco plantas, con un pórtico sobre una gran terraza. Es obra del arquitecto González Riancho, de aire afrancesado y modernista, y color blanco inmaculado. Fue inaugurado en 1917.
Muy cerca del hotel Real está el chalet del naviero Adolfo Pardo, también de González Riancho, obra terminada en 1918, y que actualmente pertenece a la familia Botín.
En el casco urbano, toda esa época fue también de florecimiento. Entre los ejemplares cabe citar el edificio del Banco Vitalicio, en el inicio de la calle Castelar. Es otro ejemplo de construcción del principio del siglo XX, obra de González Bringas, de 1919.
Otra de las casas emblemáticas es la del Banco Mercantil, ante la Plaza Pombo. Es obra de Casimiro Pérez de la Riva, en la que abundan los elementos escenográficos y un aire de Art Nouveau
El modernista Lluis Domench i Montaner, también dejó su sello en esta época, con el edificio de la Caja de Ahorros de Santander (actualmente sede de la Obra Social) inaugurado en 1907 por el propio Alfonso XIII.
Otro edificio de prestancia es la sede del Banco de Santander, en el Paseo de Pereda, con cierta aparatosidad, por su arco central. Es obra de Javier González Riancho, terminada en 1923. La razón del arco es la necesidad de dar paso a una calle transversal.
Finalmente, cabe citar la plaza de Pedro Velarde o plaza Porticada, hecha tras el incendio de 1941, en un estilo propio de los inicios del franquismo, cuando se recupera el Herreriano. Inaugurada en 1950, en la que colaboraron González Riancho, Rafael Huidobro y Valentín del Noval, donde se ubican diversos centros sociales, entre ellos el de Caja Cantabria, con sendas esculturas que en su origen fueron un escándalo entre la sociedad conservadora por el realismo de los desnudos. En la plaza está también una estatua dedicada a Pedro Velarde, héroe de la Guerra de la Independencia.