Guía de Le Puy en Velay

Una bella ciudad

Con poco más de 20.000 habitantes y alejada de las grandes vías de circulación francesas, Le Puy en Velay es una urbe notable.

Allí comenzaba una de las grandes vías francesas de peregrinación a Compostela, la que pasaba por Conques en dirección a Roncesvalles. Le Puy está mal comunicada, en la carretera que lleva de St-Étienne a Mende, en el bello entorno del Macizo Central, cerca del origen del Loira.

Pero merece la pena dejar las grandes vías francesas e internarse por estos campos, disfrutando de unos lugares apacibles, con tranquilos enclaves rurales. En Le Puy el viajero se sorprenderá por curiosos elementos artísticos.

Pero también resulta sorprendente el enclave. Una actividad volcánica del periodo terciario generó por esta zona unos curiosos montes, agujas cónicas de basalto, que dan un aire inconfundible al lugar.

La historia de Le Puy en Velay

El lugar fue, desde tiempo inmemorial, centro de culto. Parece que en el monte Anis(Rocher Corneille), donde se halla la catedral, ya hubo templos desde la antigüedad.

Hacia el siglo III debió ubicarse allí una comunidad cristiana, que fue impulsada por apariciones milagrosas. Los propios obispos, ubicados en Saint Paulien, la ciudad romana más importante del territorio, se trasladaron aquí en el siglo V. Fue, con Chartres, la primera urbe mariana francesa.

Cuentan las tradiciones que la Virgen se apareció en el Monte Anis, el Rocher Corneille, y que en el lugar se hizo una iglesia consagrada por los mismos ángeles.

Desde entonces fue éste un sitio visitado por multitudes peregrinas. Diversos papas, reyes y emperadores acudieron aquí a orar; entre ellos el propio Carlomagno.

En 1855 se solicitó a Napoleón III que se hiciera en la colina una estatua de la Virgen, con el metal de los cañones rusos capturados en Sebastopol durante la guerra de Crimea. Esta estatua gigantesca domina actualmente la geografía de Le Puy.