Los monarcas ambulantes
Un poco de historia y el la razón por la cual los reyes de España tenían varios palacios, en los que vivían dependiendo de la época del año.

En el pasado, hubo un tiempo en el que resultaba extraño el concepto actual de ciudad capital de un estado. Los reyes –los máximos mandatarios- estaban habituados a mudar de residencia con notable frecuencia, durante el ejercicio de su cargo.
Los Reyes Católicos, en la monarquía hispana, son un claro ejemplo de monarcas viajeros, que asientan su sede regia en ciudades como Segovia, Toledo... o que llegan a crear una ciudad como Santa Fe, al lado de Granada, para permanecer allá mientras durase la guerra que terminó con el último enclave musulmán en la Península Ibérica... Poco tiempo más tarde, la historia nos cuenta cómo estos monarcas recibieron a Colón en el Palacio Real barcelonés, residencia de los condes de Barcelona desde el siglo XIII, en el magnífico salón del Tinell.
Aquellos reyes residieron en lugares como Burgos, Toledo, Sevilla, medina del Campo, Segovia... En total, tuvieron -según algunos historiadores- 65 residencias reales.
Para un rey del medievo era fácil moverse con su "curia regia" y su equipo de personal de servicio. Pero a partir del siglo XVI, con la consolidación de los estados modernos, en torno a los monarcas creció una corte y un funcionariado cada vez más amplio. Los palacios reales de antaño se quedaron en poca cosa para una corte inmensa. A partir de entonces, los reyes centraron su actividad en un número más reducido de palacios, también más amplios y ostentosos.
En el XVIII, siglo de La Ilustración, hubo en toda Europa una eclosión de la gran construcción del barroco y luego una mirada hacia los estilos clásicos de la antigüedad, pero en ambas fases proliferaron las grandes construcciones reales. A lo largo del siglo se redefinieron también las concepciones del espacio arquitectónico; se replantearon las perspectivas escenográficas de los edificios y se tomaron en consideración los elementos de gozo y diversión, dando gran protagonismo, por ejemplo, a los jardines.