La catedral
La catedral de Miranda do Douro (Miranda del Duero) es una obra del siglo XVI, con planos de Gonzalo de Torralba.
Se aprecia desde cualquier punto del entorno, dominando un caserío donde pervive y domina la racionalidad: construcciones bajas y cuidadas.
La fachada tiene las torres fuera de la planta de las naves. La amplitud de la fachada es tal que las flechas parecen quedar cortas para tal poderío, lo que da al templo un aire sólido y estable, apegado al terreno.
Edificada sobre una pequeña iglesia prexistente, Santa María, tiene tres naves en las que se halla una excelente colección de altares tanto barrocos como renacentistas.
El retablo del altar mayor, de formas bellas y equilibradas, es obra de Gregorio Hernández y Francisco Velázquez.
En el brazo izquierdo del crucero asombran unos poderosos retablos barrocos, en tanto que en el derecho está la popular imagen del menino Jesús vestido con unos curiosos ropajes y un voluminoso sombrero de copa.
La figura, de pequeño tamaño, está rodeada de vestiduras, de forma que el altar parece un ropero. Esto y el tremendo sombrero de copa hacen del niño un auténtico espectáculo. Es leyenda que en una de las confrontaciones fronterizas, el niño se apareció a las tropas locales en un instante de flaqueza y que estas, animadas, acabaron consiguiendo la victoria. Así pues, tenemos ante nosotros a un menino Jesús da Cartolinha realmente nacionalista.
La explanada de la catedral, abrazada por las murallas, es un magnífico punto para contemplar el espacio geográfico por donde discurre el Duero.
Detrás del templo, un espacioso jardín junta agradables aspectos florales y arquitectónicos, al contar con los restos del antiguo palacio episcopal.
Interior de la catedral de Miranda do Douro. Imagen de guiarte.com
Menino Jesús da Cartolinha. Imagen de guiarte.com