Qué ver
Desde el punto de vista monumental, el castillo-palacio de Manzanares el Real es el principal protagonista de la zona. La Pedriza es su otro gran atractivo.
Erguido sobre un otero, el castillo muestra el orgullo de una familia, los Mendoza, Marqueses de Santillana, linaje que ostentó en algún momento del siglo XV el mayor poder de la Corona de Castilla y León.
El otro atractivo lo constituye la reserva de La Pedriza, territorio abrupto, dominado por poderosas formaciones graníticas, que se ubica junto a la población, y que merece ser recorrido. De ese territorio surge precisamente el río Manzanares, que lleva el nombre de la población y que cruza en su avance la ciudad de Madrid, en un recorrido, hasta su desembocadura, de un centenar de kilómetros.
Las aguas que bajan de La Pedriza, caen de roca en roca en una fuerte pendiente hasta que se ubican en el embalse de Santillana, a los pies de Manzanares. En este primer recorrido, el río tiene el sabor de lo natural y la compañía de lustrosas truchas, que invitan al viajero al arte de la pesca... pero no lo haga, que es zona acotada.
A lo largo del pueblo de Manzanares hay casas de diversa factura, desde las de dudoso gusto a otras más coquetas y alguna con auténtico sabor popular. La iglesia, que preside el conjunto urbano, es poderosa y resultado de diversas modificaciones llevadas a cabo básicamente durante los primeros siglos de vida del pueblo, hasta el XVI.
La silueta del casco urbano, desde el Viejo Castillo, con el mar del embalse de Santillana, al fondo. Guiarte.com Copyright