León, 22 de febrero de 2013
Mientras en Asturias hay una política de defensa del Oso, en las regiones que domina la Junta –León y Castilla- parece haber una política de acoso y extinción.
FAPAS, Fondo para la Protección de Animales Salvajes- recuerda que en esta Comunidad “la población osera es permanentemente objeto de muertes, disparos, lazos y de más causas de mortandad que condicionan que el oso siga estando en máximo riesgo de extinción, pese a que los políticos de esta Comunidad insisten en tratar de demostrar que gracias a su magnífica gestión el oso campea por toda la Cordillera Cantábrica”.
Ecologistas en Acción ha publicado una nota recientemente en la que denuncia la política de la Junta que parece intentar “la lenta extinción del oso pardo en esta comunidad” y critica el “Manual para Cazar en Zonas Oseras”, en las que “con la falacia del control de poblaciones de jabalí” se acosa en realidad al oso.
“En estos manuales no se dice por qué se celebran cacerías en zonas donde está expresamente prohibido por la legislación regional, como zonas de reserva de los Parques Naturales, y por qué además lo hace bajos argumentos como los daños, totalmente fuera de lugar en zonas abandonadas de montaña”.
Paradójicamente. La Junta se atribuye el crecimiento de la población del Oso, cuando esto se produce en otros territorios y por la política de otras administraciones, en tanto que la Junta no activa las medidas de control ni legislación que pongan coto al exterminio.
Ecologistas en Acción, como ejemplo de mala gestión, recuerda que “no parece muy coherente hablar de éxitos cuando reconoce que en la zona oriental, donde Castilla y León (provincias de León y Palencia) tiene más que decir, se han pasado de 20-25 osos a 30, incrementándose por lo tanto en 5-10 animales, cuando los oseznos nacidos en ese periodo han sido más de 60, según fuentes de la propia Consejería”.
Como ejemplos de negligencia, cita la reciente muerte de dos osas:
La osa “Jimena”, en algo inaudito en conservación de osos, como es que el traslado de una osa desde un Centro de Recuperación al lugar de suelta acabe en muerte del animal, todo ello causado por una mala planificación y cuando menos una dudosa puesta en práctica de los protocolos aplicables.
La osa “La GЧela”, digna de la mejor novela para niños por el ajetreo a la que fue sometida y por su muerte en condiciones lamentables en Cantabria porque, entre otras cosas, Castilla y León se deshizo de ella empeñándose en que era muy vieja y olvidándose de que no tenía recursos disponibles para comer en un año complicado y nadie hizo nada.
Envenenamientos masivos
Los territorios de León y de Castilla tienen zonas de extraordinario valor ecológico. La provincia de León atesora el mayor espacio de la Cordillera Cantábrica y los Montes de León, en tanto que en la meseta castellana hay valiosos espacios para aves esteparias… pero el veneno acecha en un lado y otro.
Según informa SeoBirdlife, Castilla y León cuenta con el mayor índice de muertes por veneno en España de rapaces como el milano real y el alimoche. La comunidad tiene además un número muy significativo de casos de envenenamiento de osos, lobos, cigЧeñas negras, buitres negros o águilas imperiales, entre otras muchas especies.
Todo esto ha llevado a quince ONG de conservación de la Naturaleza (nueve de esta comunidad y seis de ámbito estatal) a pedir un encuentro con responsables de tal desaguisado
Las ONG solicitaron recientemente la aprobación urgente del Plan de Acción contra el Veneno en la región y la inclusión de medidas concretas y eficaces, que ya han probado su validez en otras CCAA. La puesta en marcha del Plan debería servir para prevenir, detectar y sancionar los numerosos casos – muchas veces reiterados- de uso ilegal de veneno en cotos de caza o zonas ganaderas.
El Director General de Medio Natural de Castilla y León, José Ángel Arranz, confirmaba a los grupos conservacionistas que el Plan Regional de Lucha contra el Veneno estará aprobado antes de finales de marzo. El historial de la Junta es lamentable… y la esperanza de que esto cambie no es demasiado grande.
Imagen del oso pardo atrapado en el lazo. la herida se detecta en la parte posterior del animal. Fotografía de la Fundación Oso Pardo