Artemio Artigas. Guiarte.com. París, 25/01/2017
Palmyra, o Palmira, fue la capital de un imperio, bajo el reinado de la reina Zenobia, en el siglo III. Las luchas y un gran terremoto acabaron arruinándola. Sus grandiosas ruinas fueron inscritas como Patrimonio Mundial en 1980, por la UNESCO.
La Guerra de Siria ha sido dura con los restos de la gran ciudad. El Daesh la tuvo bajo su control y causó severos daños en la misma. En 2015, incluso, transformó el Teatro en el escenario de ejecuciones que fueron divulgadas, para espanto del mundo civilizado.
La UNESCO ha informado que imágenes satelitales publicadas por UNITAR-UNOSAT confirman la destrucción del tetrapylon de Palmyra y grandes partes del proscenio del teatro.
"Esta destrucción es un nuevo crimen de guerra y una pérdida inmensa para el pueblo sirio y para la humanidad", afirmó la Directora General de la UNESCO, Irina Bokova. "Este golpe contra el patrimonio cultural, y los informes sobre ejecuciones masivas en el teatro, muestra que la limpieza cultural dirigida por extremistas violentos está buscando destruir vidas humanas y monumentos históricos para privar al pueblo sirio de su Pasado y su futuro. Esta es la razón por la cual la protección del patrimonio es inseparable de la protección de vidas humanas”, agregó Bokova.
El tetrapylon era un monumento que marcaba una intersección principal de la carretera a lo largo de la gran calle columnada de Palmyra. Fue un testimonio de la grandeza de la época alrededor del año 270 DC, durante la cual la reina Zenobia había alcanzado el apogeo de su poder, hasta que fue derrotada por los romanos.
El teatro de Palmyra, que data del siglo II d.C., está construido en el centro de una plaza porticada semicircular, al suroeste de la calle principal. Las imágenes de satélite muestran daños en su pared de proscenio previamente bien conservada, decorada con diez nichos curvos y nueve rectangulares colocados alternativamente, según las fuentes de la UNESCO.
La UNESCO ha reiterado su llamamiento a la comunidad internacional para que se mantenga unida en contra de la limpieza cultural y el borrado de los restos del pasado.
El caso de Palmyra es especialmente grave porque aúna la destrucción de los seres humanos y del patrimonio. La antigua ciudad, en un oasis en el desierto sirio, al noreste de Damasco, era un centro turístico mundial por sus monumentales ruinas de una gran urbe que fue uno de los centros culturales más importantes de la antigüedad.
Del siglo I al siglo II, el arte y la arquitectura de Palmyra, situada en el cruce de varias civilizaciones, fundieron técnicas greco-romanas con tradiciones locales e influencias persas. Palmyra estaba en la lista de Patrimonio Mundial en Peligro desde 2013, dada la situación bélica de la zona.
Condenan los daños a Palmyra, Patrimonio Mundial de la UNESCO. © DigitalGlobe/UNESCO.
El tetrapylon de Palmyra, antes de su destrucción. © UNESCO/Ron Van OersPalmura3
Palmyra fue capital de un imperio, bajo el reinado de la reina Zenobia, y sus ruinas son imponentes. © UNESCO/Ron Van Oers