Qué ver

Terreiro da Sé y Catedral

Un ámbito esencial del viejo Oporto.

Uno de los espacios más notables del casco viejo de la ciudad es el llamado Terreiro da Sé, donde se alzan el Palacio Episcopal y la Catedral de Oporto.

El Terreiro es una plaza amplia elevada en el casco antiguo, desde donde se tienen excelentes vistas tanto hacia la ciudad como al valle por el que discurre el Duero. En su entorno destacan los edificios episcopales y un torreón medieval.

En el centro se alza el típico pelouriño, la picota, símbolo de la justicia y de ejecución de los reos. La columna es relativamente moderna e imita un modelo del siglo XVIII.

La catedral

Se trata de una edificación del siglo XII, con grandes reformas posteriores. La estructura general de la fachada es románica con las robustas torres y el bello rosetón.

En el interior, de tres naves y bóveda de cañón, hay un altar Mayor que es un buen exponente del barroco portugués, con esculturas de Miguel Francisco da Silva. El claustro es de un gótico robusto, del XIV, decorado en época barroca con azulejos de Valentim de Almeida.

Otro de los elementos curiosos del edificio catedralicio es el nártex lateral, barroco, obra del italiano Nicolau Nasoni.

En el entorno la plaza está también el Palacio Episcopal. Es uno de los edificios más visibles de la ciudad.

En el edificio se pueden observar (en el interior) restos del siglo XII, pero la construcción actual es básicamente barroca (XVIII) con un proyecto atribuido a Nasoni.

La fachada es armónica y en ella resaltan sendas hileras de ventanales, de construcción granítica, con el tono blanco de la pared. En cambio contemplado desde la orilla del río, el edificio se presenta como una mole cúbica dominadora del entramado urbano.

Palacio de la Bolsa

Un edificio singular por su arte y su significado.

Como muestra viva de su tradición económica, Oporto tiene entre sus edificios emblemáticos el denominado Palacio de la Bolsa, ubicado también en el casco antiguo.

Es de mediados del siglo XIX y fue construido por Joaquín da Costa Lima, para la Asociación Comercial de Oporto, con una fachada que se abre ante la plaza del Infante D. Enrique.

Es un edificio neoclásico que posee un lujoso interior con magnificas salas, entre las que destaca el espacioso Patio de las Naciones, con una extraordinaria cúpula de cristal, obra del arquitecto Tomás Augusto Soller. Otras salas importantes son la Arábiga y la Presidencial.

Este edificio, sede de la Cámara de Comercio e Industria, es un lugar de recepción de grandes dignatarios, y constituye un notable centro de atracción turística. Está incluido entre los señalados por la UNESCO como Patrimonio Mundial.

Iglesia de San Francisco

Un templo muy querido por la ciudadanía de Oporto.

La iglesia de San Francisco es una de las más interesantes de la ciudad de Oporto, y un edificio testigo de la historia de la ciudad.

Como en otros lugares de Europa, los franciscanos tuvieron dificultades para asentarse en la urbe, por la oposición de unos poderosos dignatarios eclesiásticos recelosos ante una orden que predicaba la pobreza.

Pero una vez llegados, recibieron el afecto de la ciudad, de modo que la iglesia fue embellecida por muchas familias que quisieron tener allí sus panteones.

Diversas guerras, una expulsión de la orden y la construcción del Palacio de la Bolsa (que se hizo sobre el espacio del convento) dejaron el conjunto franciscano en lo que ahora resta, el templo, básicamente de finales del XIV, e incluso con algunas ventanas tapadas por la propia obra del Palacio de la Bolsa.

En la fachada se aprecia la confluencia del románico y el gótico, con su bello rosetón, un ventanal y los contrafuertes, junto con una entrada barroca (siglo XVIII) de dos niveles, donde destacan las columnas salomónicas y una hornacina con la estatua de san Francisco.

El interior, de bella factura gótica, cuenta con cabecera tripartita, gran revestimiento de artesonados de madera y profusión de barroquismo.

Cais de Ribeira

Un punto de referencia a la vera del Duero

Otro de los elementos que incluyó la UNESCO como Patrimonio Mundial es el cais de Ribeira, una de las zonas de mayor ambiente y colorido de Oporto.

Las casas, sencillas pero coloristas se asoman a esta orilla del plácido Duero. Las embarcaciones ubicadas allá, la silueta del impresionante puente de Luis I y la contemplación de la otra orilla (Vila Nova de Gaia), conforman una estampa inolvidable. Es un espacio solo propicio para el paseo, sino para la restauración.

En esta zona se asentaba el primitivo (y trágico) Puente de las Barcas, y luego el puente Pênsil, del que aún quedan algunos restos; pero en el final del XIX se hizo el Puente Luis I, para responder a una comunicación creciente de Oporto hacia el sur, siguiendo un proyecto de Téophile Seyrig, discípulo de Eiffel.

El puente tiene dos tableros, que dan servicio al metro y a la circulación viaria. En ambos también hay espacio para la circulación peatonal. Una magnífica estructura y un extraordinario mirador.

Entorno de la plaza da Liberdade

Un espacio que refleja una época especialmente expansiva de la ciudad.

Una zona urbana de referencia es la que se halla ante la Plaza da Liberdade. Frente a ella se abre un inmenso espacio que cierra el Ayuntamiento de la ciudad.

En el centro de la plaza se alza una estatua ecuestre del rey Pedro IV, y en todo el entorno aparece un excelente muestrario de edificaciones de la primera mitad del siglo XX, gran parte de ellas de sabor modernista.

Esta zona (plazas da Liberdade y General Humberto Delgado) y sus calles adyacentes tienen mucha vida comercial.

El edificio municipal es ambicioso, de inicios del siglo XX, debido a un diseño de Correia da Silva, muy criticado en su tiempo (se le llamó el pastel) pero es actualmente otro de los iconos de la ciudad. En él, sobresale una altiva torre de setenta metros de elevación. Ante el Ayuntamiento, en medio de la explanada se eleva una estatua del escritor romántico Almeida Garret.

Al otro extremo de este espacio, junto a la Plaza de la Liberdade se halla la estación de San Bento, que ocupa un ámbito el que antaño hubo un convento dedicado al santo.

El edificio, afrancesado, no tiene prestancia ni originalidad. Lo apabullante del mismo es la decoración de la sala de espera, con una extraordinaria colección de azulejos, donde se narran motivos lusos, especialmente históricos. Es un trabajo de principios del siglo XX, debido a Jorge Colaço. Este pintó un conjunto de más de 20.000 azulejos, por los que la estación ferroviaria de Oporto ha sido incluida entre las más bellas del mundo.

Precisamente, a pocos metros de la Estación (siguiendo la calle 31 de Janeiro) se halla la iglesia de Santo Ildefonso. Es un edificio barroco, de inicios del XVIII, en la que destaca de manera especial su colorista fachada, enmarcada por sendas torres, y en la que destaca la azulejería. Es del mismo autor que la de la estación de San Bento, Jorge Colaço, obra de 1931 en la que presenta escenas de la vida del santo patrono del templo.

Los Clerigos

Una torre, que siempre fue un símbolo de Oporto

Desde la Plaza da Liberdade, otro monumento visible, al fondo de la Rua dos Clérigos, es la iglesia y la torre del mismo nombre.

Iglesia y torre están en el que se llamaba en la antigüedad cerro de los ahorcados. Allí, a mediados del siglo XVIII, la Hermandad de Clérigos Pobres, impulsó la construcción de este monumento barroco

La obra es de Nicolás Nasoni, y en ella se aprecia un acusado barroquismo, sobre todo en la portada del templo. Este es de planta elíptica y en él sobresale un Altar Mayor con un imponente conjunto de columnas.

Por la elevación -75 metros de altura- como por su ubicación –en lo alto de un cerro- la torre ha sido un símbolo de la ciudad de Oporto. Desde la misma se tienen una vista excepcional de esta urbe portuguesa.

Otros templos de Oporto

Otros templos interesantes de la ciudad.

La iglesia de Oporto ha sido muy poderosa y a lo largo de la ciudad se pueden observar otras construcciones religiosas de cierto interés

San Lorenzo dos Grilos

Está cerca de la catedral, y llama la atención por su interior manierista, en el que destacan las magníficas arcadas típicas del renacimiento. Se inició en el siglo XVI y era el templo de los jesuitas. Tras la expulsión de estos pasó a los agustinos. Junto a ella se encuentra el Museo de Arte Sacro y Arqueología.

Las iglesias carmelitas.

A apenas doscientos metros de la iglesia de Los Clérigos está otro templo sumamente llamativo: La Iglesia del Carmen

En realidad se trata de dos iglesias adosadas. Una, la más austera corresponde al antiguo convento de los Carmelitas, y es del siglo XVII. La segunda es posterior, del XVIII, y de un barroco más acusado.

En la segunda, la iglesia do Carmo, resulta muy llamativo el lateral de la nave, recubierto de azulejos. Son de inicios del siglo XX.

La capilla de las Ánimas o de Santa Catalina

Es uno de los templos más curioso de Oporto. En su origen fue una capilla dedicada santa Catalina, que se reformó en el siglo XVIII, cuando una hermandad de San Francisco se vinculó al templo.

El templo, de sencilla portada y breve campanario, fue revestido de azulejos en el siglo XX, para cubrir la fachada cuyo revoco estaba muy deteriorado. Se emplearon más de 15.900 azulejos realizados por el pintor Eduardo do Leite en Lisboa. Las composiciones reflejan temas relativos a Santa Catalina y San Francisco.

Las arquitecturas modernas

La modernidad ha dejado en Oporto excelentes muestras arquitectónicas.

Oporto es una ciudad que mantiene un dinamismo vital y económico, y por ello es una ciudad en cambio. La arquitectura de la ciudad lo ha mostrado en los últimos siglos.

El siglo XX ha enriquecido la monumentalidad de la ciudad con muchos ejemplos, en gran parte, obra de arquitectos del mismo Oporto o su entorno.

Estas son algunas realizaciones que el viajero puede contemplar:

En el principio del siglo surgió (1906) la librería Lello, una joyita modernista diseñada por Francisco Xavier Esteves. El edificio recibe cada año un millón de visitantes, y tiene fama de ser una de las librerías más bellas del mundo. Las representaciones del Arte y la Ciencia flanquean la fachada de hermosos vanos, culminada con un airoso remate neogótico. (En la rua das Carmelitas 144, cerca de la Torre de los Clérigos)

En aquellos días, el arquitecto José Marques da Silva realizaba obras afrancesadas como la estación de Sao Bento (Plaza da Liberdade) o el Teatro Nacional S. João (Plaza Batalha), o la aseguradora Nacional (Plaza da Liberdade) de una clara inspiración art decó.

Un arquitecto emblemático portuense de nuestro tiempo es Álvaro Siza, con edificios como la Facultad de Arquitectura (Via Panorámica Edgar Cardoso 215) o el Museo Serralbes (Dom João de Castro 210)

Aunque el edificio más impactante de los últimos años es la Casa de la Música con un diseño ultramoderno, semejante a un diamante que reposa al borde de la Rotonda de Boavista. Se trata de una obra del arquitecto holandés Rem Koolhaas, construida con motivo del nombramiento de Oporto como capital Europea de la Cultura (2001), aunque no se terminó hasta 2006.

En un principio, el edificio levantó críticas por su originalidad, pero hoy los portuenses han asumido que se trata de un magnifico exponente de la arquitectura moderna y constituye el más reciente de los iconos urbanos.

Aparte de su belleza y funcionalidad, el edificio tiene fama mundial por su calidad acústica.

Los Museos

Algunos museos recomendables para el viajero.

Fundación Serralves.

La fundación Serralves, con su museo de Arte Contemporáneo está en la calle Dom João de Castro, 210; a unos cinco kilómetro del centro de Oporto, en medio de jardines.

La Fundación es un gran complejo cultural en medio de zona verde, con dos importantes edificios, una quinta de los años veinte del pasado siglo, de art decó, y el nuevo Museo de Arte Contemporáneo, que se creó siguiendo un diseño de Álvaro Siza.

Aparte del interés de las muestras que se ptresentan en este centro cultural, también resultan atractivos los amplios jardines.

Centro Portugués de la Fotografía

El Centro Portugués de la Fotografía está en Largo Amor de Perdição, muy cerca de la Torre de los Clérigos, en un excelente edificio de finales del XVIII que fue antaño prisión. Posee una buena colección permanente y presenta también muestras temporales.

Casa Museo de Teixeira Lopes

Otro de los grandes artistas del territorio fue Antonio Teixeira Lopes, escultor con formación internacional, que dejó interesantes obras en la ciudad. En su antiguo taller de Vila Nova de Gaia hay un museo sobre él y su legado. (calle Teixeira Lopes 32. Vila Nova de Gaia)