Guía de Évora
Qué ver en Évora
Évora, Patrimonio de la Humanidad en la lista de la UNESCO, es una de las más bellas ciudades portuguesas, con sus casas encaladas, sus calles estrechas y sus monumentos que testimonian un pasado rico en historia.
Catedral de Évora
Iglesia de San Francisco y Capilla de los Huesos
Otros templos de Évora
Palacios
La universidad
Murallas de Évora
Plaza Giraldo
Largo Porta de Moura
El acueducto de la Plata
Megalitos del Alentejo
Información general de Évora
La belleza y y el arte iluminan la mirada del viajero a cada recodo: una fuente con sabor renacentista, una pared solitaria con una bella ventana geminada, las columnas labradas por los romanos…
Évora, capital del Alentejo, es una de las más bellas ciudades portuguesas, con sus casas encaladas, sus calles estrechas y sus monumentos que testimonian un pasado rico en historia. La belleza y y el arte iluminan la mirada del viajero a cada recodo: una fuente con sabor renacentista, una pared solitaria con una bella ventana geminada, las columnas labradas por los romanos, o los tonos albero que nos hacen pensar en Andalucía…
Évora es Patrimonio de la Humanidad en la lista de la UNESCO, y bien merece una visita.
Una guía de Évora elaborada con textos y fotografías de Tomás Álvarez, para guiarte.com.
Información general de Évora
La belleza y y el arte iluminan la mirada del viajero a cada recodo: una fuente con sabor renacentista, una pared solitaria con una bella ventana geminada, las columnas labradas por los romanos…
La ciudad
Tiene Évora unos 50.000 habitantes, y se halla en la región del Alentejo. En 1986 fue incluida por la UNESCO en el listado del Patrimonio de la Humanidad.
En el texto de la UNESCO se recuerda que esta urbe de origen romano, es un auténtica ciudad-museo que conoció su edad dorada en el siglo XV y XVI, cuando se convirtió en lugar de residencia de los reyes de Portugal.
Sus casas de los siglos XVI al XVIII, encaladas y ornamentadas con azulejos y balcones de hierro forjado, le imprimen un carácter especial.
La arquitectura de Évora ejerció una influencia muy acusada en los monumentos y edificios construidos en el Brasil colonial, según estimó la UNESCO.
Ubicada prácticamente a medio camino entre Badajoz y Lisboa, es la capital económica y política del Alentejo, una región de perfiles ondulados y con gran tradición agraria y artesanal; territorio de amplios alcornocales, olivares y viñedos, escasamente poblado, pero rico en monumentos.
La ciudad tiene un clima mediterráneo, con veranos muy calurosos. La temperatura media anual es de unos 16 grados. El invierno, lluvioso, no es muy duro.
Desde el tejado de la catedral se observa el caserío de Évora y los campos ondulados del Alentejo. Imagen de Tomás Álvarez/Guiarte.com.
Las calles de Évora están llenas de encanto, Imagen de Tomás Álvarez/Guiarte.com.
La historia de Évora
Todo este territorio alentejano, lindante con Extremadura, tiene una gran densidad histórica, como se atestigua con la existencia de monumentos megalíticos en la zona.
La ciudad de Évora es una creación romana; urbe integrada en la provincia de Lusitania y con el nombre de Ebora Liberalitas Julia.
El templo romano de Évora que pervive en lo alto del cerro en el que está la ciudad –dedicado probablemente al culto imperial- nos indica la importancia de esta población, que se rodeó de murallas a partir del siglo III.
Creció su importancia en la época de dominio musulmán y fue recuperada para el bando cristiano (1165) por el legendario Geraldo Sempavor (Gerardo Sin-miedo), una especie de Cid Campeador portugués que conquistó diversas plazas del Alentejo y aún Extremadura.
A partir de este momento, la ciudad tomaría una importancia notable, que la llevaría a ser capital portuguesa y una de las mayores urbes del reino. Se edificaron entonces en numerosas iglesia y palacios, en tanto que también se asentaron diversas órdenes religiosas. Todo esto condujo a la elaboración de un nuevo recinto de murallas en el siglo XIV.
El siglo XVI fue especialmente glorioso, con la monarquía volcada hacia la ciudad, y ésta habitada por numerosos artista e intelectuales.
El año 1540 Évora adquirió categoría de archidiócesis y poco tiempo más tarde se fundó la universidad. Pero la relegación de la ciudad, ante el creciente peso de Lisboa; el siglo XVIII, con la expulsión de los Jesuitas (cierre de la Universidad); la pérdida de su importancia económica y la eliminación de diversos monumentos por las transformaciones urbanas, causaron una merma de su patrimonio.
En la actualidad Évora es una urbe tranquila pero que ha ganado animación con su inclusión en la lista del Patrimonio Mundial de la UNESCO, lo que hace que la afluencia de visitantes sea permanente.
El poderoso cimborio de la catedral de Évora. Imagen de Tomás Alvarez/Guiarte.com
Rúa 5 de Octubro, y al fondo portada de la catedral de Évora. Imagen de Tomás Alvarez/Guiarte.com
Ocio gastronomía
La ciudad de Évora en relativamente pequeña, propicia para pasear tranquilamente y gozar de sus monumentos. Pero como todas las poblaciones con gran tradición religiosa, es tierra de buen comer.
Siempre los canónigos y magnates de la iglesia han tenido fama de buenos catadores... en tanto que los conventos de monjas han sido focos de una excelsa tradición pastelera.
Buenas comidas y dulces son de garantía en esta ciudad de tradición regia y conventual, ubicada además en medio de unas tierras onduladas propicias siempre para los cultivos (cereales, vides, olivares y alcornocales), la ganadería (el rey es el cerdo, como en las dehesas de España) y aún la caza.
Y es buena tierra para el vino. Esta es la tierra más productora de vinos de Portugal. Hay excelentes vinos, tanto blancos como tintos, aunque hay que precisar que debido a la climatología (alta temperatura) tienen una elevada concentración de alcohol. Por citar uno conocido y de garantía, el Esporao, que tiene excelente prestigio internacional.
La cocina de Evora es -como la del Alentejo en general- densa, tradicional, rotunda y suculenta. Se preparan bien las carnes y se cuidan los pescados. Cerdo, cordero, bacalao... e incluso arroces.
Uno de los lugares más conocidos es Fialho en el entorno de la plaza Joaquim António de Aguiar, donde está el magnífico teatro García de Resende. Muy cerca, al otro lado de la misma plaza, está la Adega Alentejana, también recomendable. También hay algunos restaurantes recomendables en el entorno de la plaza Giraldo.
Para comprar algún recuerdo, tal vez convenga mirar con detenimiento en la rúa 5 de octubro. Se trata de una callecita peatonal que comunica la plaza Giraldo con la catedral. Es agradable y luminosa, como la propia ciudad. En su pequeño recorrido se presentas numerosos establecimientos que ofrecen productos de la tierra y artesanía. Lo más recomendable es el corcho.
El Alentejo es la mayor región corchera del mundo. Con el corcho se elaboran magníficos productos, entre ellos lujosos bolsos.
También es bueno el lugar para adquirir vinos y cerámica. Respecto a tiendas de ropa, en Évora también se pueden encontrar las más populares que la "globalización" ha puesto al alcance de los mortales en todas las ciudades de medio tamaño.
Si el viajero quiere conocer más a fondo la historia de Évora merece la pena visitar el museo Regional, que está situado al oeste de la catedral, en el antiguo Palacio Arzobispal.
En el museo se conservan numerosas piezas de la época romana, medieval y renacentista, así como muebles y colecciones de pintura. Son de interés las pinturas de maestros de los siglos XV y XVI, También hay obras de Nicolás Chanterene, importante escultor de origen francés que trabajó en Portugal durante la primera mitad del XVI, y que dejó obra aquí, en Coímbra, Sintra y en el monasterio de los Jerónimos de Lisboa.
Para llegar a la ciudad, lo mejor es usar la autopista que une Extremadura con Lisboa. La urbe está a unos 100 kilómetros de Badajoz y a 130 de Lisboa. Hay posibilidad de viajar a la ciudad en tren desde Lisboa.
La oferta hotelera es abundante. Hay hoteles de todas las categorías; también camping. Al ser una ciudad Patrimonio de la Humanidad, conviene reservar con antelación, en especial si son fechas de gran actividad turística.
Aparte del indudable encanto gastronómico y artístico de la ciudad, Évora es un punto interesante para hacer recorridos por la región, Muy cerca está Estremoz, lugar conocido por su producción de cerámica y mármol. Estremoz sorprende al viajero por la riqueza de su Ciudad Alta, en la que la decadencia no ha sido capaz de borrar un tiempo de vigor económico e histórico.
Otra excursión que merece la pena es la de los monumentos megalíticos existentes al oeste de la ciudad, en especial el crómlech de Almendros, el monumento megalítico más impactante de la península Ibérica, con casi un centenar de grandes monolitos.
La rúa 5 de Octubro, siempre animada y llena de tiendas. Imagen de Tomás Alvarez/Guiarte.com
El Museo de Évora ocupa el Palacio Arzobispal. Imagen de Tomás Alvarez/Guiarte.com
Cerca de Évora hay lugares interesantes, como la ruta megalítica o la localidad de Extremoz, donde se hallan estos capiteles. Imagen de Tomás Alvarez/Guiarte.com
Direcciones de interés
Direcciones de interés para el viajero en la ciudad de Évora, en Portugal.
Oficina de Turismo de Évora:
Plaza do Giraldo. Evora. Teléfono 266777071
Universidad de Évora:
Largo dos Colegiais 2, Évora. Teléfono: 266740800
http://www.uevora.pt/
Cámara Municipal de Évora:
Plaza do Sertório, Évora. Teléfono 266777000
http://www.cm-evora.pt/
Museo de Évora:
Largo Conde de Vila Flor, Évora. Teléfono 266702604
http://museudevora.imc-ip.pt/
Évora está llena de rincones evocadores, como este, junto al Largo dos Colegiais. Imagen de Tomás Alvarez/Guiarte.com