Parque Nacional da Serra Geral
El Parque Nacional da Serra Geral tiene como mayor atractivo el Cañón de Fortaleza.
El Parque Nacional da Serra Geral (Sierra General) es otro de los grandes atractivos de la región y un lugar excelente para hacer paseos y disfrutar de vistas impresionantes del Cañón de Fortaleza, que tiene un desnivel que supera los 900 metros de altura. Es un parque sin infraestructura, apenas una garita para la vigilancia, que limita el paso a los vehículos en determinados horarios, pero que no cobra entrada y donde podrán darnos una mínima información. Abre de 10 de la mañana a 6 de la tarde.
Aparados da Serra, el Parque Nacional vecino, se lleva la fama, pero el Parque Nacional da Serra Geral es tan interesante o más que el primero. Es difícil decir cuál de los cañones, o el de Fortaleza o el Itaimbezinho, es más impresionante. Aunque el cañón de Fortaleza es más profundo, el Itaimbezinho es mucho más estrecho, por lo que cada uno tiene unas características que los hacen singulares.
Llegamos al parque por medio de una carretera de tierra en condiciones más o menos buenas. La pista está bastante bien mantenida, y el único peligro que podremos encontrarnos es el fango, que podrá aparecer en casos de lluvias intensas. Su longitud es de aproximadamente 14 kilómetros hasta el la entrada del parque y avanza por 2 kilómetros más, ya dentro, hasta el estacionamiento.
Dentro del Parque Nacional da Serra Geral podemos hacer básicamente dos senderos, que nos llevan a dos puntos distintos del Cañón de Fortaleza, donde encontraremos vistas diferentes e interesantes por distintos motivos. Uno de los caminos lleva a un mirador y el otro a una cascada y la Piedra del Secreto. Ambos se pueden hacer en la misma jornada.
En primer lugar, realizando el camino en coche hasta el final, encontraremos un sitio donde dejar el vehículo y a continuación un sendero por el que continuar a pie hasta un mirador, que tiene unas vistas de una amplitud impresionante. Son de 360 grados de detalles, donde a un lado tenemos el cañón de Fortaleza y un abrupto desnivel y al otro todo el litoral con la vista que alcanza hasta el mar. El mirador no está marcado ni balizado, por lo que podemos asomarnos hasta el mismo borde del cañón y la verdad es que es un panorama que impresiona y a la vez da miedo, por cometer un paso en falso cuando nos aproximamos al precipicio.
Por el otro lado del mirador tenemos una visual del sur del litoral catarinense y parte del gaucho, donde se pueden ver una laguna muy grande, varias poblaciones costeras y el mar. En días claros se pueden ver incluso las embarcaciones.
El otro sendero que se puede hacer en el Parque da Serra Geral empieza un poco antes del final de la carretera de tierra y está marcado con un letrero. Será aconsejable por tanto mover el coche para dejarlo en otro estacionamiento distinto que el del mirador, que quede más cerca de este sendero. Este segundo camino nos permitirá ver la Cascada del Tigre y la Pedra do Segredo (Piedra del Secreto). Es una opción de aventura más profunda, porque deberemos cruzar un río por el mismo borde de la cascada, apenas a unos metros del precipicio. No es muy peligroso, pero es impresionante y crea una sensación de vértigo, por estar al borde del cañón, donde el río se convierte en cascada, por el ruido del agua al caer y por las piedras resbaladizas. De hecho, este paso del río a pie al borde de la cascada es una de las postales más llamativas de Cambará do Sul.
Es recomendable llegar de mañana temprano, porque el tiempo suele estar más abierto y con menos posibilidades de lluvia. También debemos llevar al parque una provisión de alimentos, para poder hacer el almuerzo, con vistas de excepción, y bebida para poder tomar durante el camino, pues no hay ninguna fuente a disposición de los visitantes.
En el pueblo de Cambará do Sul encontraremos controversia entre si es recomendable o no ir con guía al Cañón de Fortaleza, así como si debemos contratar un taxi o todoterreno para realizar el camino hasta allí desde Cambará do Sul. Por nuestra experiencia, cualquier coche puede llegar hasta el parque. El día anterior de nuestro paseo había llovido bastante y aun así el camino no estaba muy enfangado. La cuestión de la necesidad o no de un guía puede cambiar de unas personas a otras. Los senderos son bastante claros y es difícil equivocarse, salvo el punto donde hay que cruzar la Cascada del Tigre. Además, como hay otras personas haciendo el camino, es fácil guiarse por los demás. Ahora bien, si fueran mis padres al lugar quizás sí les recomendaría contratar un guía para que les oriente, sobre todo en el lugar de la cascada, por las piedras adecuadas donde pisar y para animarles a continuar el camino a través del río, porque de entrada asusta un poco pasar por ahí.