La catedral
En el lugar en el que se halla la catedral de Verona había antaño dos edificaciones paleocristianas, arruinadas por un terremoto en el siglo XII.
Aquel mismo siglo se edificó un templo románico, luego remodelado. Tiene tres naves cubiertas con bóvedas de crucería, con columnas de mármol rosado. Buena parte de la obra es del siglo XV.
El airoso campanario es renacentista.
En la catedral destaca la portada principal, de estilo románico lombardo. En su calle central sobresale un pórtico. La parte de abajo sostenida por cuatro columnas y una superior consistente en un arco –coronado por un frontón de decoración lombarda- que se apoya en ocho pequeñas columnas.
San Giorgio in Braida
Si nos acercamos a la orilla del río, enfrente de donde se halla la catedral, al otro lado, veremos el templo de San Giorgio in Braida, es de lo mejor del Renacimiento en Verona, con una bella fachada de mármol blanco, ennoblecida por dos órdenes de pilastras y estatuas de San Lorenzo y San Giorgio, y una magnífica cúpula, obra del siglo XVI.
Si tenemos tiempo, merece la pena acercarse para visitar el interior, de una amplia nave, donde hay piezas de diversos pintores, entre ellos Tintoretto y Veronés.
La catedral de Verona emerge entre los tejados del casco antiguo.
Silueta de la iglesia de San Giorgio in Braida