En el nombre del santo Emeterio
Cosas de la vida: el proletario Emeterio -uno de los doce hijos del centurión romano Marcelo- acabaría dando origen al nombre de Santander.
Jamás se hubieran imaginado el centurión Marcelo y su esposa Nonia -ambos santificados por la iglesia- que uno de sus hijos habría de dar el nombre a numerosos pueblos y ciudades de España y América, e incluso a una de las principales instituciones financieras del mundo.
Se cuenta que Emeterio y su hermano Celedonio acabaron los días como su padre, martirizados. Ambos fueron decapitados en Calahorra por profesar la religión cristiana y -¡0h milagro entre los milagros!- sus cabezas acabaron siendo transportadas en barca de piedra hasta la bahía de Santander.
Más lógicas parecen otras teorías relativas al posible traslado de las reliquias hasta este remoto punto de la costa cantábrica, en los momentos en que las tropas árabes dominaron la Península y los territorios cántabros y astures se mantenían en el norte como el reducto rebelde a la invasión.
Depositadas en un enclave tranquilo y alejado, frente a las aguas del Cantábrico, en una hermosa bahía, las reliquias acabaron dando nombre al lugar: El nombre latino de Sancti Emeterii pasó a denominarse vulgarmente como Sant Emeter y de ahí Santander...
Emeterio y Celedonio, los proletarios (de prole) de Marcelo y Nonia, son hoy patronos de Santander y sus cabezas representan la gloria de las reliquias de esta ciudad antaño bienamada por los reyes de España que hicieron del lugar una zona de reposo estival.
La catedral de Santander, donde se acogieron los restos de los soldados martirizados en Calahorra. Imagen de Jose Manuel Fernández Miranda. Guiarte.com Copyright
Iglesia de la Compañía. Imagen de Jose Manuel Fernández Miranda. Guiarte.com Copyright