Los restos del monasterio
Del poderoso monasterio de San Benito, en su origen monasterio de los santos Facundo y Primitivo, apenas quedan algunos restos, entre ellos la llamada Torre del Reloj.
El centro monástico, del que ya se da noticia en el inicio del siglo X, fue buque estrella cluniacense en el Reino de León, a partir de 1080, cuando el emperador Alfonso VI introdujo la regla del Cluny en él. Fue el primer punto de la Península Ibérica donde se implantó.
La etapa de esplendor duraría hasta el siglo XV, cuando paso a depender del convento de San Benito de Valladolid. En el siglo XVIII padeció el terremoto de Lisboa, y en el XIX, tras las desamortizaciones fue pasto de incendios y vandalismo.
El propio cuerpo de Alfonso VI junto con el de diversas reinas y príncipes se albergaba en este famoso centro monástico, al que el Códice Calixtino atribuye (falsamente) haber sido creado por Carlomagno.
De todo aquello perdura la llamada Capilla de San Mancio, consagrada por el obispo de Astorga a San Benito en 1184, y en la que se albergaron los restos de San Mancio; el arco de San Benito, obra del XVII, portada monacal bajo la que ahora pasa una carretera, y la Torre del Reloj, salvada de los saqueos por conservarse en ella el reloj de la villa.
Ruinas del antiguo monasterio de Sahagún, con la Torre del Reloj. Imagen de José Holguera (www.grabadoyestampa.com), para Guiarte.com
El arco de San Benito, obra del XVII, portada monacal, ahora arco de triunfo sobre una carretera. Imagen de José Holguera (www.grabadoyestampa.com), para Guiarte.com