Castillo de Ehrenfels, entre viñedos, en otoño. Guiarte.com. Copyright
Poco antes de llegar a Rüdesheim, entre esta ciudad y Wiesbaden, está la abadía de Eberbach, fundada en 1136 por cistercienses procedentes de Borgoña, portadores de una gran experiencia de cultivo vinícola, base económica del centro religioso, que terminó sus días en 1803. Interesante el claustro (quedan dos lados góticos), la sala capitular y la austera iglesia.
Rüdesheim está dominada por la fortaleza de Brömserberg, antaño residencia de los obispos de Maguncia, del siglo XII, con un museo del vino. La población tiene su atracrtivo mayor en torno a la Drosselgasse, con sus establecimientos de vino. La calle es corta y está en el centro del casco viejo.
Siguiendo la ruta hacia el norte, aparecen las ruinas del castillo de Ehrenfels, fortaleza del siglo XIII, construida por orden del obispo de Maguncia, y donde se cobraba el tránsito a los pasos de mercancías. Como muchos castillos de la zona, quedó destrozado en 1689 por los franceses.
La ciudad es un punto turístico, al hallarse en la zona sur del Rheintal, uno de los más bellos tramos de este curso fluvial, patrimonio de la humanidad.
Cerca está también el monte Niederwald, donde se levanta un monumento en honor de la fundación del Imperio Alemán de 1871. El monumento nacional atrae a numerosos visitantes, que pueden contemplar desde las alturas –a las que se accede en funicular- unas magnificas vitas sobre la región
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Tomás Alvarez