Laufenburg, en el sur de Alemania
Laufenburg, junto al Rin
Laufenburg, desde la Laufenplatz
Desde el Medievo, ambas orillas se consideraban el mismo lugar. El nombre Laufenburg significaría algo a sí como burgo de los rápidos, en alusión a las violentas corrientes del Rin, que avanzaba aquí entre rocas, con una anchura que en ocasiones no iba más allá de los doce metros.
Ese puente que unió a las dos ciudades también causó el interés estratégico del enclave, lo que le originó numerosos hechos bélicos.
Perteneció el lugar a Austria, y en la cima del lado suizo hubo desde el siglo XII un castillo de la nobleza, que quedó prácticamente destruido en la guerra de los Treinta Años.
Con la paz de Luneville, en la época de Napoleón, el pueblo se dividió entre dos países: Suiza y Alemania.
El Laufenburg alemán tiene algo más tamaño que el de Suiza, con unos 4000 habitantes. No tiene tanto sabor artístico, pero si desarrolla más vitalidad económica.
Los cascos urbanos son similares: casas altas arracimadas a la orilla del río, con bellas balconadas, y la torre de la iglesia dominando la parte superior del lugar, aunque la del Laufenburg alemán es relativamente reciente.
La ciudad alemana se ha desarrollado sobre todo a lo largo del siglo XX, merced a la llegada del ferrocarril, a la construcción de la cercana central hidroeléctrica, y a algunas industrias.