La Torre del Homenaje en preside la Ciudad Alta de Estremoz. Al fondo aparece la estructura cuadrada de la iglesia de Santa María. Imagen de Guiarte.com
Pinturas murales del siglo XVII, en el interior de la iglesia de Santa María de Estremoz. Imagen de Guiarte.com
La ciudad baja de Estremoz, se expande a la falda de la colina de la Ciudad Alta. Imagen de Guiarte.com
La iglesia conventual de San Francisco es otro de los puntos de interés en Estremoz. Imagen de Guiarte.com
Puesto de Flores en el mercado de los sábados, al fondo el edificio conventual de los Congregados, caracterizado por su portada barroca. Imagen de Guiarte.com
Entre la blancura de la ciudad, el café Águilas de oro, de estilo modernista y tonos rojizos. Imagen de Guiarte.com
La iglesia de Santa María, del siglo XVII. Es una construcción geométrica, de planta cuadrada y tres naves, en la que destaca el mármol de Estremoz. Guiarte.com
Mercadillo medieval en la calle central de la Ciudad Alta de Estremoz. Guiarte.com
La bella arquería de la galilea o atrio del Palacio del Concejo de Estremoz. Guiarte.com.
Por Tomás Alvarez
Con una población de unos siete mil habitantes, esta aparenta ser una ciudad de mayor tamaño, por su estructura planimétrica, dominada por la ciudad alta con la grandiosa torre del Homenaje; por sus amplios espacios urbanos, y por la dignidad de sus conventos y edificios civiles, en los que refulge el tono blanco y rosado del mármol extraído en el entorno.
Ese mármol ha dado fama a Estremoz desde la antigüedad. En la cercana Elvas o en la eterna Évora está presente. En esta última ciudad, patrimonio Mundial de la UNESCO, se puede ver en puntos como la catedral o el famoso templo romano –erróneamente denominado como templo de Diana- que ocupa el lugar más alto de la colina de la capital alentejana.
Tuvo importancia histórica Estremoz, especialmente en la Edad Media y en el siglo XVII, en tiempos de la guerra de segregación con España. Muy ligada a la Corona, entre las personalidades históricas recordadas en la urbe destaca la reina Santa Isabel, princesa de Aragón casada como con el monarca D. Dinis, que falleció en la urbe en 1336.
Precisamente, la Reina Santa y D. Dinis siguen siendo protagonistas de los espacios más destacados de la Ciudad Alta, el casco histórico dominador del paisaje urbano de Estremoz, rodeado por una muralla originaria del XIII y reforzada en el XVII.
El icono de esa Ciudad Alta es la Torre del Homenaje del viejo castillo-palacio, de finales del siglo XIII, que alcanza 27 metros de altura. Es un monumento cubista, construido con sólidos bloques marmóreos, en cuya esbeltez resaltan los balcones de la parte superior y las almenas piramidales.
A la izquierda de esta excepcional estructura, pasando una artística verja, se accede a la capilla de Santa Isabel, de hermosa azulejería. Se dice que este es el sitio donde falleció la Reina. En la parte opuesta del edificio palaciego está la lujosa “Pousada”, una de las más destacadas del país.
Al lado de este conjunto se halla otro edificio de valor: la iglesia de Santa María, del siglo XVII. Es una construcción manierista, rigurosamente geométrica –planta cuadrada, dividida en tres naves- en cuyas paredes aún hay frescos de la época de construcción.
Al suroeste de la Iglesia se halla una plaza presidida por una escultura relativa la reina Santa Isabel, ubicada entre el museo municipal y el edificio medieval del Palacio del Concejo (restos del edificio que fue palacio de D. Dinis), un edificio en el que destaca, la bella arquería de la galilea o atrio. Son cinco arcadas sostenidas por columnas geminadas coronadas por capiteles con sencilla decoración.
La calle central de la ciudad alta tiene sabor, con casas de diversa factura, donde aparecen artísticas puertas y ventanales de mármol con aires góticos y manuelinos. Una de las más destacadas es la del Casa do Alcaide-Mor, con su airosa ventana geminada. En otra de estas edificaciones, frente a la torre del Homenaje, se halla el Museo Municipal.
En la parta baja, el visitante también hallará elementos de interés, empezando por las construcciones civiles, con casonas de sabor antiguo y algunas otras de sorprendente factura moderna, entre estas últimas la del café Águilas de oro, de aire netamente modernista. Sus tonos rojizos son como una llamada al viajero, acostumbrado a la blancura del resto de las edificaciones.
En el aspecto del arte religioso, cabe citar el claustro de la Misericordia, de estilo manuelino, o el Museo de Arte Sacro - edificio conventual de los Congregados, caracterizado por su portada poderosa con neta influencia barroca.
La iglesia conventual de San Francisco es otro de los puntos de interés; es originaria del siglo XIII, pero con sucesivas modificaciones. Tiene una serie de enterramientos, el principal de ellos la tumba de Vasco Esteves Gatuz, protector del convento, de estilo gótico.
Pero, sin duda, esta vieja población tiene también en el plano mercantil otras razones de peso para encantar a los visitantes: Estremoz tiene fama por su oferta agrícola –vinos, aceites, etc.- sus canteras de mármol y su popular cerámica.
Mas, sin dejar el ámbito mercantil, cabe recordar una cita muy especial: el mercado de los sábados. Ese día, en el entorno de la explanada de Rossío se aglutina una serie de puestecillos donde se encuentran artículos de interés muy variado: frutas de los fértiles campos de la zona, las hierbas aromáticas alentejanas, flores, planteles de frutales, la amplia oferta de quesos alentejanos y una gran teoría de puestos de antigüedades y objetos etnográficos.
No faltan allí las imágenes religiosas, los hierros trabajados en las antiguas fraguas o los objetos en desuso, desde máquinas de escribir a viejos tocadiscos, son olvidar los útiles agropastoriles, las herramientas o los esquilones de ganados.
La popularidad de esta cita semanal se detecta escuchando a los compradores, entre los que abundan los llegados de la cercana Extremadura española.
Es esta una buena ocasión para pasear entre la animada concurrencia, adquirir un inesperado elemento decorativo o comprar un limonero en flor para plantar en el jardín. Y luego reposar en alguno de los cafés o acudir a algún restaurante del lugar, donde la gastronomía alentejana siempre es digna de celebrar: carnes a la brasa, bacalaos…Hay mucha oferta y buena
Estremoz es un lugar privilegiado para conocer otras villas cercanas de alto interés. La principal de ellas es Vila Viçosa, con su antiguo castillo, sus soberbios palacios y conventos. Cerca están también Borba o Alandroal, lugares donde encontramos también monumentos ennoblecidos por el mármol de la zona, así como la orgullosa ciudadela de Evoramonte, rodeada de murallas y presidida por un castillo sorprendente, de torres circulares en las cuatro esquinas, ceñido por cordajes manuelinos.
En definitiva, un territorio cargado de interés, especialmente bello en primavera, cuando verdean los campos de alcornoques u olivares, y estallan en color innumerables especies florales. Luego vendrá el calor…
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