Coimbra es una urbe vital y pintoresca en la que residen 145.000 habitantes, entre ellos miles de estudiantes, que dan nueva vida a la ciudad a lo latgo del período escolar, y que se pasean por la urbe ataviados con sus capas negras, cortadas con tantos tijeretazos como decepciones sentimentales han sufrido.
Esa universidad se ha convertido en un referente para todo el mundo de habla portuguesa, y tuvo una influencia importante en la difusión del conocimiento de la educación y la literatura. Coimbra se presenta como un ejemplo notable de una ciudad universitaria integrada con una tipología urbana específica, tradiciones ceremoniales y un vigoroso capital cultural, tal como afirmó la UNESCO en 2013, al incluir a la vieja ciudad en la lista mundial.
Su emplazamiento sobre una colina dio lugar a una estructura urbana de diversas alturas bien diferenciadas ya desde el siglo XII: la ciudad alta o Almedina, lugar de residencia de aristocracia y clérigos, y la ciudad Baja, a orillas del río Mondego, en la que se encontraban los barrios artesanos y las moradas de las clases trabajadoras.
Su profunda historia le permite albergar elementos de la época romana, islámica, románica... y otros monumentos de los sucesivos modelos artísticos que se sucedieron en la urbe. Reconquistada a los musulmanes por las tropas de Fernando I de León, llegó a ostentar la capitalidad lusitana. Sus calles nos testimonian esa profunda vitalidad.
La cerámica es un producto típico de Coimbra. Foto Ana Álvarez. Guiarte Copyright.
Una bella vista del río Mondego. Foto Ana Álvarez. Guiarte Copyright.