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Pamplona verde

Cuentaviajes de Pamplona verde

Relato de viaje a Pamplona verde

Sanfermines y ruiseñores Ciudad coqueta y atractiva Deambular desde la vieja muralla Campos y olores Razones para gozar Pamplona

Si viéramos a Pamplona desde el cielo nos soprenderíamos por la cantidad de zonas verdes que rodean la ciudad, dando belleza y color a la capital navarra. Es muy posible que ésta sea, en proporción, una de las ciudades españolas con más espacios naturales.

Una visión “verde” de Pamplona, a cargo del escritor Juan José Domínguez. Fotografías de Javier París.

Cuentaviajes de Pamplona verde

Relato de viaje a Pamplona verde

Sanfermines y ruiseñores

La gente conoce Pamplona por los Sanfermines, tal vez las fiestas más bulliciosas del mundo junto con los Carnavales de Río de Janeiro.

Pero la vieja Iruña, como también la llaman, atrae al viajero, como no, por la calidad de vida, la excelente gastronomía y la placidez de sus parques y jardines arbolados.

Pamplona, durante todo el año, huele a hierba recién cortada.

Hay calidad de vida. No hay duda. Paseando por sus calles limpias uno se da cuenta de inmediato. Todo el orbe conoce los alborotados días pamplonicas de julio, cuando corren los mozos delante de los toros, pero el resto del año ésta es una ciudad tranquila, moderna, muy europea, y, sobre todo, sin contaminación.

Desde el Portal de Francia se puede iniciar un paseo insólito por la Pamplona verde. Fotografía de Javier París. guiarte.com, Copyright

Desde el Portal de Francia se puede iniciar un paseo insólito por la Pamplona verde. Fotografía de Javier París. guiarte.com, Copyright

Ciudad coqueta y atractiva

Pamplona es más bien pequeña, coqueta...

De punta a punta, por el camino más largo, no mide más de cinco kilómetros. Casi no llega a los 200000 habitantes. La mayoría son navarros de origen, pero hay un 30 por ciento de población de otras provincias de España, más un porcentaje nada desdeñable de inmigrantes ecuatorianos, peruanos, argelinos, marroquíes y de otros países africanos que, a diferencia de lo que ocurre en otras poblaciones, aquí se hallan bien integrados. Posiblemente, por las buenas condiciones económicas. El paro no existe.

La Plaza del Castillo es el centro histórico y símbolo de la ciudad. Hemingway, por ejemplo, la eligió para escribir Fiesta mientras se atiborraba de wisky sentado en la terraza del hotel La Perla. Desde ahí, precisamente, uno puede adentrarse por las decenas de callejuelas del casco viejo pamplonés. Nos encontraremos de todo: lo mismo una discreta tienda de ultramarinos de las de antes que una moderna tienda de ropa cara.

Ahora bien, el atractivo principal lo encontraremos en los sabrosos pinchos de las tabernas y los ruidosos bares, donde ofrecen mucha variedad y una calidad más que aceptable. Merece la pena recorrer la calle Estafeta o la de San Nicolás, antes de comer, y abrir bocado con una tapa de chistorra o de pimientos del piquillo con bacalao.

Romántica imagen del cauce del Arga. Fotografía de Javier París. guiarte.com Copyright

Romántica imagen del cauce del Arga. Fotografía de Javier París. guiarte.com Copyright

Deambular desde la vieja muralla

Después de tomar un vino rosado navarro y comer en cualquiera de los agradables restaurantes que nos encontraremos por la ciudad, uno puede acercarse hasta la vieja muralla que bordea a la catedral.

Y luego deambular ocioso, paseando hasta la frondosa vera del río. Si el día se presenta lluvioso, o un poco húmedo, algo que en Pamplona tiene un encanto especial, podremos notar el intenso olor de la vegetación. Sobre todo si caminamos hasta el Portal de Francia, la entrada al casco antiguo por la cara norte.

Si elegimos ese camino, llegaremos hasta el río Arga. Y de ahí, tanto a derecha como a izquierda, descubriremos un precioso recorrido a orillas del agua, con piragüistas remando, con gorjeos de pájaros circundando las enramadas, con pescadores, con gente caminando bajo la sombra de los chopos y los castaños, y, todo ello, sin salir de la ciudad. Un lujo.

El paseo verde, salvo un pequeño tramo de asfalto y cemento, bordea toda la ciudad. En total, 15 kilómetros de belleza y salud.

Parque de Taconera. Fotografía de Javier París. guiarte.com Copyright

Parque de Taconera. Fotografía de Javier París. guiarte.com Copyright

Campos y olores

...Y es que en la cara sur, en el otro extremo de la ciudad, donde se ubican los campus de las tres universidades, la UN, la UPNA y la UNED, también se goza, si se quiere, de un largo camino con árboles y coloreado de hierba y flores.

En la primavera no hay sitio que huela como ése.

Precisamente, una de sus bifurcaciones, la que nos apunta en dirección a Estella, hay una señal que nos advierte que estamos en el Camino de Santiago. Pamplona es la primera ciudad que encuentra el peregrino tras pasar el alto de Ibañeta o Roncesvalles.

Pero, para olores, los que se respiran en la Vuelta del Castillo, quizá el parque más extenso de Pamplona y verdadero pulmón de la capital. Está en el centro de la ciudad y huele a bosque. En realidad, es una fortificación amurallada que por un lado linda con una ciudadela, con su plaza de armas y, por el otro, con una vasta pradera cuyo perímetro ronda los 2,5 kilómetros.

Es el lugar favorito de los que gustan hacer deporte al aire libre, y, desde luego, pasear.

Parque de Taconera. Fotografía de Javier París. guiarte.com Copyright

Parque de Taconera. Fotografía de Javier París. guiarte.com Copyright

Razones para gozar Pamplona

A Pamplona se puede ir por muchas razones: para comer bien, para divertirse en los Sanfermines y para empezar el Camino de Santiago.

Sin embargo, a Pamplona se la puede visitar simplemente para caminar por la ciudad casi como si lo hiciésemos por el campo. En algunos puntos, en verdad, resulta difícil distinguir si estamos en medio de una urbe o una campiña.

Ésta es la otra Pamplona: la ecológica, la verde, la que desde el cielo parece un perenne jardín, que varía con las estaciones climáticas, pero siempre bella.

Otros elementos de interés para el viajero

La catedral de Pamplona, con su fachada neoclásica y el Ayuntamiento de Pamplona; el casco viejo, con sus bellos edificios rehabilitados; la Ciudadela del siglo XVI, una fortificación de defensa contra los invasores y, por último, la Muralla que rodea a la ciudad.

Asimismo, por su proximidad, cabe destacar que, a menos de una hora de coche se encuentra San Sebastián, una hermosa ciudad situada a orillas del mar. Y, en dirección norte, a unos 120 kilómetros, la estación francesa de esquí Arette.

DIRECCIONES EN INTERNET:
Kukuxumuxu.com
pamplona.net/ciudad
pamplona.net/sanfermin

El entorno de las universidades de Pamplona tambien tiene encanto bucólico. Fotografía de Javier París. guiarte.com. Copyright

El entorno de las universidades de Pamplona tambien tiene encanto bucólico. Fotografía de Javier París. guiarte.com. Copyright

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