La Catedral
La catedral de Pamplona es un edificio complejo, obra de diversas épocas, aunque lo que predomina es el estilo Gótico y Neoclásico.
Hubo hasta el siglo XIV una extraordinaria edificación románica, de un tamaño ligeramente menor que el de la catedral de Santiago de Compostela, pero a causa de un hundimiento se tuvo que rehacer casi todo el edificio en el siglo XV, en estilo Gótico.
Del hundimiento se salvó la portada románica, pero esta también acabó sucumbiendo a la piqueta porque en el XVIII fue sustituida por la obra neoclásica de Ventura Rodríguez.
Al igual que el templo románico original, la catedral de Pamplona tiene tres naves, la central de mayor dimensión, que se extienden a lo largo de seis tramos.
En el exterior llaman la atención dos aspectos. El primero es que pese a ser una gran iglesia gótica hay escasos ventanales. Predominan los paramentos. El otro elemento es la portada academicista de Ventura Rodríguez, que no tiene nada que ver con la estética del edificio gótico.
En el interior destaca el sepulcro de Carlos III el Noble y su esposa Leonor, una obra magnífica de Janin Lomme de Tournai, artista hispanoflamenco. La obra presenta esculturas yacentes de los monarcas y tiene casi tres metros de largo. En torno al monumento, 28 figuras orantes separadas por columnas, hechas al igual que los reyes, en alabastro. La escultura del rey se hizo cuando este aún estaba con vida, por lo que se estima que es un retrato del mismo, un gran protector de la catedral, que impulsó la reconstrucción gótica.
Distribuidas por el templo aparecen numerosas capillas, con obra gótica, renacentista y barroca principalmente.
La sillería es buena, renacentista, con obra de varios autores, entre ellos Gillem de Holanda.
Fachada de la catedral de Pamplona
Nave principal del templo catedralicio
Retablo y Cristo de Caparroso, del Gótico tardío