Un autosacramental del medievo en una ciudad moderna
Desde hace siglos, cada mes de agosto, la Mare de Deu, la Virgen de la Asunción, va a morir a Elche (Alicante).
Desde allí asciende al cielo arropada por los cánticos y el fervor de todo un pueblo. Un año tras otro, hasta nuestros días, en la basílica de Santa María de Elche, se representa la muerte y ascensión al cielo de la Virgen.
Este auto sacramental, declarado Monumento Nacional Artístico por la República y, más recientemente, Fiesta de Interés Turístico Internacional, tiene entre sus peculiaridades haber sobrevivido a guerras, dificultades económicas y al Concilio de Trento, que prohibió las representaciones en el interior de los templos. Una bula papal (de Urbano VIII) permitió al Misteri convertirse desde entonces en el único auto sacramental que se representa en el interior de un templo.
La supervivencia a través de los siglos se debe en parte a que, pese a su origen y contenido eminentemente religioso, la adscripción de La Festa es municipal y no eclesiástica. Desde 1609, el Concejo de Elche aceptó la cesión de la propiedad de La Festa por parte de la Cofradía. Hasta entonces, la representación del Misterio se mantenía con los escasos medios de la Cofradía. Las dificultades económicas que sufrieron durante unos años hicieron peligrar la pervivencia de la representación del auto sacramental.
A partir de la cesión al Concejo, el Misterio, sin perder su sentido religioso, pasa a ser la fiesta cívica popular por excelencia en Elche, llegando incluso a desplazar en cuanto a participación a la tradicional procesión del Corpus, que acaba desapareciendo.
En cuanto al texto del auto que se representa en Elche, lo cierto es que ni en los Evangelios ni en otros escritos del Nuevo Testamento, se describe la muerte de la Virgen. Hasta ahora, todos los investigadores de La Festa, aceptan como inspiración directa la Leyenda Sanctorum o Leyenda Áurea, redactada por Jacobo de Voragine antes de 1270, y traducida al catalán, que es un resumen de los principales textos apócrifos de carácter asuncionista.
Respecto al origen del drama ilicitano, después de siglos de representación, aún no hay acuerdo. Hay quien remonta las primeras puestas en escena del Misteri al siglo XIII, coincidiendo con la conquista de Elche por Jaime I (1265), en la misma fecha en que se celebraba la festividad de la Asunción, por lo que, según quienes apuestan por esta teoría, los conquistadores triunfantes decidieron entonces celebrar un homenaje a la patrona de la ciudad.
En la actualidad, casi todos coinciden en señalar el siglo XV como fecha más probable de las primeras representaciones del Misterio.
Elche, un oasis lleno de palmeras.
Momento en que el ángel anuncia a la Virgen su muerte y le entrega la palma