Sólo una terracota
El guerrero de Mali
Es sólo una estatua de terracota; mide prácticamente un metro de altura. Se trata de un guerrero, cabalgado sobre su corcel. Tiene unos mil años y procede del territorio de Mali. Pero ese trabajo anónimo y lejano merece una reflexión. La altivez del jinete, la estilización, los cuidados atavíos del guerrero y de su caballo nos hablan de una insólita perfección.
Poco sabemos de esta pieza. En torno a ella pervive el misterio. Hay esparcidos por el orbe más caballeros similares, procedentes de la cultura de Ségou, denominada así por el lugar del hallazgo. Pero la información es escasa.
Muchas culturas africanas son prácticamente desconocidas. A veces aparecen yacimientos con valiosos materiales, que se desperdigan por las colecciones especializadas, aún antes de hacer un inventario y un análisis de los hallazgos. Quienes están en el comercio de estos objetos apuntan que los propios gobiernos apenas tienen interés en ello. Se trata de países donde el valor del arte y el tiempo es distinto. A veces, incluso, la elite dominante repudia ese arte que habla de la perfección de culturas suplantadas y estimadas como inferiores.
Personaje sentado, culura Djenne, de los siglos XIII a XVI