Londres, 10 de junio de 2013
Landy parte de las representaciones pictóricas de los bienaventurados para construir una visión desenfadada de ellos, mediante imágenes y esculturas cinéticas conectadas directamente con las visiones que dejaron plasmadas los artistas desde el Renacimiento.
Cuerpos, ruedas, muelles nos acercan a las imágenes de los santos recogidas en los cuadros clásicos del museo, en una visión irreverente y fresca, en la que el visitante halla elementos que les recuerdan el martirio de Santa Catalina de Alejandria o la incredulidad del apóstol Tomás.
Las representaciones clásicas de los santos
Como en otros grandes museos, las paredes de la National Gallery presentan numerosos cuadros de santos y escenas religiosas.
Para los hombres de los siglos pasados, en estas pinturas se presentaban elementos simbólicos que les permitían identificar a los protagonistas de las telas. Sin embargo, hoy muchos de esos detalles pasan desapercibidos para el visitante, tal vez alejado de las lecturas e iconografías cristianas.
Los mártires fueron, en el cristianismo temprano los primeros mortales elevados a los altares. Morían por negarse a dejar la religión de Cristo y los cristianos los veneraban, recordando elementos relativos a su sacrificio.
San Esteban fue el primer mártir cristiano, apedreado; otros murieron asaeteados como san Sebastián; a otros mártires se les cortaron miembros de su cuerpo…. Todas esas historias permanecen en los cuadros en los que se representan.
En esos cuadros aparecen una serie de elementos, los atributos, que nos identifican al protagonista. A San Jerónimo se le representa a veces junto a un león, recordando la leyenda de que el santo sacó una espina de la pata de un león mientras vivía en el desierto.
Otros se representan por objetos. Un jarrón a menudo se utiliza para significar Santa María Magdalena, recordando que esta llevaba un frasco de ungüento para ungir los pies de Cristo.
A Santa Catalina de Alejandría se la pinta junto a una rueda rota. La historia recuerda su martirio, en el siglo IV. Cuando se le aplicó una máquina de ruedas con cuchillas afiladas, artefacto que se destrozó al contactar con el cuerpo de la santa.
San Roque muestra una llaga en su cuerpo, recordándolos que el ayudó a muchos afectados por la peste… Todos estos temas se hallan en la pinacoteca y algunos de ellos se toman como ejemplo para esta fresca reinterpretación desarrollada por Michael Landy.
Giovanni Battista Cima da Conegliano. La incredulidad de Santo Tomás. National Gallery, London © The National Gallery, London
Michael Landy: Saints Alive. La duda de Santo Tomás. © Michael Landy, courtesy of the Thomas Dane Gallery, London / Photo: The National Gallery, London
Santa Catalina de Alejandría. Pinturicchio. © The National Gallery, London
Michael Landy: Saints Alive. Gire la rueda de Santa Catalina y gane la Corona del Martirio. © Michael Landy, courtesy of the Thomas Dane Gallery, London / Photo: The National Gallery, London