Londres. 22 de julio de 2011
Pintor de notable éxito y elevada cotización, Freud murió en su casa a los 88 años de edad.
De él, pervivirá esa carnalidad de sus desnudos y ese realismo a veces insolente, hasta consigo mismo; un realismo que le granjeó algún disgusto, por retratar gruesa a la gorda, o anciana a la mujer cargada en años... aunque se tratase de la misma reina de Inglaterra.
Este pintor intentó siempre que su pintura perturbase al espectador... y lo consiguió con sus retratos y desnudos, cuyos modelos provienen en muchas ocasiones de su propio entorno: la madre, sus hijos, los amigos, los artistas, las amantes...
Biografía
Lucian Freud nació en Berlín el 8 de diciembre de 1922. Su padre, arquitecto de profesión, era hijo de Sigmund Freud, el fundador del psicoanálisis. La familia emigró a Inglaterra en 1933, pocos meses después de que los nazis se hicieran con el poder. Seis años después, en 1939, Freud adquirió la nacionalidad británica. Ese mismo año se convirtió en alumno del East Anglian School of Painting and Drawing, la escuela de pintura de carácter informal que dirigía Cedric Morris.
Al finalizar su breve formación académica, se enroló en 1941 como marino mercante en un convoy del Atlántico. “Me gustaba la idea de aventura, el personaje del viejo marinero , pero pronto me desilusioné.”
En 1944, la Galería Lefevre presentó la primera exposición individual de Freud, que incluía la obra La habitación del pintor (1943-1944). En 1948 contrajo matrimonio con Kitty Garman, hija de Jacob Epstein, y en 1952 lo hizo con Caroline Blackwood.
En la década de los años cincuenta saltó a la fama en Londres, junto con su amigo Francis Bacon. Tras una estancia en París y, posteriormente, en Grecia, se instaló en Londres.
“Para mí la persona es la pintura”, considera Freud, conocido principalmente por sus inquietantes retratos y desnudos, mucho de los cuales se pudieron contemplar en una excelente muestra retrospectiva organizada por CaixaForum Barcelona.con motivo de la exposición retrospectiva.
Entre las obras clave de aquella muestra, la extraordinaria serie de retratos de la madre de Freud, como La madre del pintor leyendo (1975). La serie comienza en 1972, año en que el padre del artista murió y su madre se sumió en una profunda depresión, y finaliza con el fallecimiento de ésta, en 1989. “Si mi padre no hubiera muerto, nunca la habría pintado”, dice Freud, quien cuatro o cinco veces por semana la iba a buscar para que posara.
Aquella exposición reunió varios desnudos inquietantes, como los de Leigh Bowery, un performer de más de 100 kilos de peso que se convirtió en el primer modelo profesional de Freud, y para el que posó varios días a la semana a lo largo de dos años. “Debo de tener predilección por la gente inusual o de proporciones extrañas, con la que no quiero recrearme en exceso”, dijo Freud.
Gran interior. Paddington. Una de las obras de Lucian Freud en el museo Thyssen-Bornemisza, Madrid, el centro español con más obra del pintor inglés