Para llevar a cabo la selección para un proyecto de este tipo se pueden adoptar criterios de muy diversa índole, dado que la fotografía está inmersa hoy en día en campos muy diferentes.
En este caso se opto por escoger a personas pertenecientes al campo del arte, con lo que el proyecto no se planteó, por lo tanto, como un reportaje de la ciudad, sino que se trató de convertir Madrid en un lugar de trabajo para artistas, debiendo decidir cada uno con total libertad la presencia que la ciudad debía de tener en su obra, en función de sus propias concepciones.
Las propuestas realizadas, caracterizadas por su diferente naturaleza, ponen de manifiesto la pluralidad de posibilidades que el medio fotográfico aporta al arte en este momento.
Conviven series formadas por fotografías individuales, con polípticos, con objetos fotográficos, con fotografías que interaccionan con sus propias sombras, con imágenes estereoscópicas, con el vídeo o con las reproducciones sonoras y en muchas de ellas con la incorporación de la técnica digital como recurso para dotar a la imagen de una nueva significación.
A pesar de que la descripción de la ciudad no constituye un objetivo del proyecto, vemos que quedan reflejados aspectos tan importantes como el peso de la historia, la especulación inmobiliaria, algunos conflictos sociales, la ciudad como punto de convergencia de culturas, o la existencia de lugares anodinos, capaces de generar estados de ánimo y sentimientos en algunos artistas, y que a la postre acaban convirtiéndose en decisivos para la memoria y el recuerdo de Madrid.
Tras su paso por el Círculo de Bellas artes, la muestra se presentará a través de las Embajadas de España, en distintas capitales de Iberoamérica.
Del 7 al 17 de febrero, 2008
Alexander Apóstol, Venezuela
Jonathan Harker, Panamá
Pablo Zulueta Zahr, Chile