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El Prado: doble ampliación

El Museo del Prado ha conseguido dos hitos históricos: ampliar notablemente el espacio expositivo y presentar oficialmente la riquísima colección de pintura española del siglo XIX, atesorada en la gran pinacoteca.

Madrid, noviembre de 2007
Y además un tercer hito: presentar un espacio nuevo en el que se aúna modernidad e historia, en el que la austeridad cubista de la arquitectura de Moneo hace resaltar el clasicismo del claustro de los Jerónimos.

Antaño hubo una gran polémica sobre el proyecto. Ahora se terminó la obra y ha habido dos ganadores: El arte y Moneo.

Las obras llevadas a cabo en el Prado son las más importantes del museo en sus dos siglos de vida. La reforma se abordó en 1994 y en 1997 se dio el visto bueno al plan que preveía la creación de un entorno museístico que abarcaba a varios edificios: el palacio de Juan de Villanueva, sede de la pinacoteca; el Casón del Buen Retiro; el Claustro de los Jerónimos, y el Salón de Reinos, sede hasta ahora del museo del Ejército que se traslada a Toledo.

Rafael Moneo ganó, poco antes de finalizar 1998, el concurso para la ampliación. Pero hubo una larga carrera de obstáculos y críticas, que acabaron incluso en el Tribunal Supremo. Al final, la obra está hecha y a la pinacoteca del edificio de Villanueva se añade ahora el inmueble con el claustro. La sede central, edificio de Villanueva, se destina a las exposiciones permanentes y el ámbito de nueva creación a exposiciones temporales y a otras dependencias diversas. Se han ganado 22.000 metros cuadrados.

La fórmula de ampliación ingeniada por Moneo propone, respetando el antiguo edificio, su entorno y las arquitecturas colindantes (la Iglesia de los Jerónimos y la Academia Española), unir el Museo con un complejo formado por una construcción de nueva planta y el Claustro restaurado de los Jerónimos. La solución dada, que ha permitido al Museo extenderse en la totalidad de la única área disponible en sus inmediaciones, libera además la fabrica original permitiendo que ésta se vea como Villanueva la proyectó.

Desde el exterior, el enlace entre los edificios antiguo y nuevo queda oculto por una plataforma ajardinada de boj que remite a los jardines del siglo XVIII ofreciendo una perspectiva urbana que se funde con el vecino Jardín Botánico.

Por su parte, el nuevo volumen de ladrillo y granito edificado en torno al antiguo Claustro de los Jerónimos, se alinea con la fachada de la Iglesia de los Jerónimos dejando ver desde el exterior parte de la arquería restaurada y restituida. Su fachada se abre al nuevo espacio urbano a través de unas monumentales puertas de bronce encargadas por el arquitecto a la escultora Cristina Iglesias.

En su interior se desarrolla una sorprendente ocupación del terreno disponible: tres plantas de acceso público unidas por una doble escalera mecánica y otras cinco entreplantas para servicios internos del museo. La presencia predominante de piedra de Colmenar y bronce sirve de nexo con las calidades constructivas de la fábrica primitiva de Villanueva.

Conmemorando este momento histórico se presenta en el Prado, oficialmente, la pintura española del siglo XIX, en las nuevas salas de exposiciones temporales, con una selección de un centenar de obras que resumen la historia del arte español de esta época, desde Goya a Sorolla.

Se ha dicho que esta es la "fórmula elegida por el Museo para saldar su deuda con estos grandes maestros a los que hasta ahora no se había otorgado el espacio y visibilidad que merecen"

Con "La marquesa de Santa Cruz", de Francisco de Goya, se inicia el recorrido de la exposición. Luego aparece una extraordinaria colección con algunos de los mejores cuadros de gentes como: Vicente López, José de Madrazo, Alenza, Pérez Villamil, Antonio María Esquivel, Eduardo Rosales, Pradilla, Muñoz Degrain, Antonio Gisbert, Carlos de Haes, Fortuny, Francisco Domingo, Ignacio Pinazo, y Sorolla.

La recuperación de estas obras, sin duda, permitirá redescubrir la pintura española del XIX y elevar el respeto por ella.

Del 31 de octubre de 2007 al 20 de abril.

El Claustro de los Jerónimos, del siglo XVI, queda integrado en el nuevo edificio diseñado por Moneo. imagen, Museo del Prado

El Claustro de los Jerónimos, del siglo XVI, queda integrado en el nuevo edificio diseñado por Moneo. imagen, Museo del Prado

Chicos en la Playa, de Joaquín Sorolla. imagen, Museo del Prado

Chicos en la Playa, de Joaquín Sorolla. imagen, Museo del Prado

La Marquesa de Santa Cruz, de Francisco de Goya. imagen, Museo del Prado

La Marquesa de Santa Cruz, de Francisco de Goya. imagen, Museo del Prado

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