La flecha de Alsacia
Cuando el Rin deja Suiza y abandona la dirección oeste para dirigirse a su destino final, entra en un valle anchuroso, rodeado a ambos lados por cadenas montañosas medianas, cubiertas de abetales y praderías: Los Vosgos y la Selva Negra. Así el río avanza más de 150 kilómetros en dirección norte. Al este queda Alemania; al oeste Francia. El territorio francés comprendido en este marco geográfico descrito es Alsacia, una de las regiones europeas de mayor personalidad.
La mayor ciudad alsaciana es Estrasburgo. Allí se establecieron antiguamente los celtas, en una de las islas que quedaban en medio de un Rin pantanoso y dividido en numerosos brazos.
En torno a la ciudad aún perdura un entramado de bosques y aguas que recuerda aquel primitivo emplazamiento.
Era el Argentorate de los celtas; el Argentoratum romano y el Estrataburgum de nuevo domino bárbaro; urbe íntimamente ligada a su episcopado y villa libre según estatuto imperial y tras la emancipación burguesa, cuando adquirió un intenso desarrollo comercial por su cualidad de cruce de vías. Fue en aquella época pujante medieval cuando la ciudad vio crecer una de las más espléndidas iglesias góticas francesas, con la más elevada de las torres conocidas hasta el siglo XIX: la flecha de Alsacia.
la verticalidad de las líneas de la portada.