La gran abadia
La gran abadía es el gran elemento de atracción de Einsiedeln
El 16 de septiembre, del año 935, Eberhard, monje llegado de Estrasburgo, congregó ante la celda que había habitado Meinrad a los ermitaños que habitaban en aquel recóndito territorio y los organizó en comunidad, bajo la regla de San Benito.
En el año 948 se inauguró la iglesia monacal, dedicada a la Virgen y a san Mauricio. Los mandatarios de Suabia y del Imperio dotaron de tierras al centro, en una serie de donaciones entra las que destacó Enrique II, que les entregó grandes terrenos boscosos.
De las instalaciones primitivas del monasterio, lo único que queda es la capilla cercana de San Gangulf, situada en la Etzelstrasse, antiguo camino de peregrinación que viene a través del paso del Etzel. El edificio es del 1030.
Desde la antigüedad, el monasterio se constituyó en un punto de salida del viaje hacia Santiago de Compostela, y así lo recoge por ejemplo la guía viajera de Hermann Künig von Vach, publicada en 1495 en alemán. Otro elemento de atracción religiosa es la Virgen Negra.
El gran edificio se considera como abadía territorial, una especie de diócesis sujeta directamente al papa, cuyo abad era príncipe del Sacro Imperio y cuyas posesiones alcanzaban en entorno de Rapperswil, en el lago de Zúrich, por donde pasaba la vía de peregrinación que venía de Suabia.
Reconstruido tras diversos incendios, el centro monacal se amplió de nuevo a partir del año 1704 siguiendo las directrices de Kaspar Moosbrugger, el mayor arquitecto barroco suizo, fraile de la orden benedictina, quien diseñó la inmensa fachada que se desarrolla a un lado y otro de la portada de la iglesia, ante la cual se abre una plaza en la que se halla la fuente de la Virgen.
El conjunto monacal resulta poderoso, con una estructura rectangular que recuerda el propio monasterio del Escorial en España, con 150 metros de largo por 136 de ancho, organizado a partir de la iglesia que aparece en medio, con su espectacular fachada curva escoltada por las dos poderosas torres, y realzada por la escalinata que la precede y a cuyos pies está la “noble fuente”, la Frauenbrunnen, en medio de una placeta con aire berniniano.
Un plano magnífico para contemplar la portada de la gran abadía de Einsiedeln. Imagen de Einsiedeln-Ybrig-Zürichsee AG
Un barroco espectacular domina en el interior del edificio. Detalle del interior del templo. Imagen de Guiarte.com