Entre bosques y cantos
Cuatro días estuve en La Cepeda. Había visto en la web del Camino de Santiago un anuncio de un pequeño camping a la orilla Astorga, en el valle del Tuerto, en Villamejil, y nos desplazamos hasta allí.
Total, apenas estaba a diez o doce kilómetros de la ruta de Santiago. Veníamos varios amigos/as procedentes de Cataluña, sin prisas. Iniciamos la ruta en bici desde Logroño hacia Santiago, convencidos de que si no íbamos en una tirada hasta allá lo haríamos en dos. De hecho hemos parado en el Bierzo para ver las Médulas y sólo llegamos este año hasta El Cebreriro.
Fue una sorpresa. Acababan de abrir el establecimiento (cierra en los meses fríos) y estaba solitario, en medio de un edén. A un lado, el río, donde el agua corría lentamente. El cauce estaba cubierto de vegetación. Era una inmensa alfombra natural.
El camping, solitario, sencillo y confortable, está en el bosque de ribera, en el que canta un sinfín de aves. Un paraíso para el ornitólogo.
Es increíble eso de despertar en la mañana en un lugar así, escuchando abubillas y ruiseñores.. el frescor... Inolvidable.
Y más inolvidable aún después de la cena que nos habíamos pegado en uno de los bares del lugar, en un ambiente campesino lleno de sabor, y con precios más que aceptables.
El camping de La Cepeda, en Villamejil, tiene el encanto de lo rústico, en medio del bosque de ribera. Fotografía de Alfonso Martínez
Bello paisaje en Villarmeriel.
El viejo palacio de Otero espera mejores días.