León, 17 de julio de 2011
La Fundación Oso Pardo (FOP) estima que hay cerca de 200 ejemplares en la Cordillera Cantábrica, y un reciente análisis publicado por la revista Quercus afirmaba que en los Pirineos viven en la actualidad otros treinta ejemplares, y que parece que la evolución del núcleo es positiva, tras la reintroducción de ejemplares procedentes de Eslovenia.
El oso pardo ocupa buena parte de Europa, Asia y América, de modo que aún hay mas de 200.000 ejemplares, cifra grande para un carnívoro de su talla, según señala la FOP. Se trata de uno de los mamíferos más característicos de los bosques de coníferas del norte de Europa y Siberia, y subsisten pequeñas poblaciones en algunos macizos del sur de Europa occidental.
Frente a los 700 kilogramos de peso de los ejemplares del norte de Asia, los del sur son más reducidos, de modo que los osos ibéricos no superan los 250 kilogramos.
Según la FOP, en España, junto a Italia y Francia, viven las poblaciones europeas de oso pardo más amenazadas. Los osos ibéricos están en peligro de extinción y se enfrentan a constantes amenazas causadas por el pequeño tamaño de sus poblaciones. Las más importantes son la muerte de osos causada por personas, la pérdida y fragmentación del hábitat y la baja diversidad genética de los osos cantábricos.
En España quedan dos poblaciones de oso: una de ellas se localiza en la Cordillera Cantábrica, básicamente sobre los territorios de León y Asturias, y una segunda, que se encuentra en Los Pirineos, sobre ámbitos hispanos, franceses y andorranos.
En la parte Cantábrica hay dos sub-áreas: la más occidental, la más importante, está sobre el alto Sil(León) y oeste de Asturias, es la mejor conservada. En ella habitarían al menos unos 130 osos según estimaciones.
Entre las organizaciones de apoyo al plantígrado también está FAPAS, Fondo para la Protección de los Animales Salvajes, que ha desarrollado una activa defensa del oso en Asturias. En su opinión, la protección de los osos en la Cordillera Cantábrica se ha convertido en todo un reto para un buen número de especialistas, organizaciones como el Fapas y las administraciones. Un empeño que ahora ya en el siglo XXI parece que comienza a tomar un cariz de mayor eficacia. “Aún así -sostiene esta organización- el oso continúa estando gravemente amenazado y territorios como el norte de León, se deterioran bajo la iniciativa de políticos y gestores poco o nada sensibles con la conservación del oso.
Esa deficiente defensa de los plantígrados es especialmente notoria en la otra zona cantábrica, la oriental, donde apenas se están produciendo progresos, y donde a una deficiente gestión de defensa del oso por parte de las autoridades autonómicas de Castilla y León, se unen los expolios de furtivos y otros intereses económicos.
En esta zona, que ocupa territorios de León, Palencia, Asturias y Cantabria, habitarían en la actualidad unos 30 osos, según estimaciones de la Fundación Oso Pardo, aunque hay dos datos que dan pocas alas al optimismo: las escasas hembras reproductoras y los tradicionales hallazgos de osos muertos por acción del hombre.
Un aspecto da algunas esperanzas: hace meses se comprobó que el tradicional aislamiento entre las dos sub-áreas cantábricas se había roto. El vigor de la población occidental, detectado en el centro de Asturias, ha permitido que algún macho haya alcanzado al núcleo de la deprimida zona oriental.
La población de la zona de los Pirineos era de unos 200 osos al inicio del siglo XX pero ha pasado por una gravísima penuria, y se dio casi por extinta en los inicios de este siglo, cuando apenas quedaban unos machos solitarios. Sin embargo se produjo una reintroducción de ejemplares de Eslovenia.
Recientemente, un reportaje de la revista Quercus señalaba que desde 1996, ocho osos de Eslovenia han sido liberados en los Pirineos. Merced a ello, se ha consolidado una nueva población de al menos treinta ejemplares y media docena de hembras reproductoras. Aunque los animales reintroducidos y su descendencia se mueven por todo el ámbito pirenaico, el seguimiento realizado en el sector catalán ofrece una visión esperanzadora sobre el futuro de estos nuevos osos.
Imagen de un oso de la Cordillera Cantábrica. Fundación Oso Pardo
Osa con cria. Imagen nocturna de FAPAS