Santo Domingo, 7 de junio de 2013
Haití y la República Dominicana comparten una misma isla en el Caribe: Haití, el país más pobre en el Hemisferio Occidental, y República Dominicana, un país de ingresos medios. El mayor punto de contacto entre las dos poblaciones, y con la probabilidad más alta de tensiones y conflictos entre ellas, se encuentra en sus 380 km. de frontera. Es también allí donde se encuentra la mayor oportunidad de producir un impacto positivo sobre la compleja relación entre los dos países.
La frontera entre Haití y República Dominicana presenta un contraste intenso en la situación de riqueza y del medioambiente de los dos países. El área fronteriza ha estado experimentando una degradación medioambiental crónica prolongada, que alcanza niveles especialmente graves en el lado haitiano de la frontera.
En muchas áreas, esta degradación está socavando los medios de subsistencia y aumentando la vulnerabilidad ante el desastre, mientras que las grandes disparidades entre los dos países condujeron a un comercio ilegal transfronterizo de recursos naturales, a tensiones a nivel local y a una invasión de suelo dominicano por parte de inmigrantes haitianos indocumentados en busca de oportunidades económicas. Por estos motivos, ambos gobiernos solicitaron al Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA) llevar a cabo una evaluación de la zona fronteriza que identifique las prioridades clave para estabilizar la situación y las necesidades actuales, con el objetivo de garantizar las metas de desarrollo.
Tras la publicación del estudio de evaluación de la zona fronteriza, realizado en de 18 meses, ambos países han acordado la puesta en marcha de las iniciativas que marca. El informe identifica cuatro temas clave:
La pobreza de Haití, la inseguridad alimentaria y el subdesarrollo afectan prácticamente todas las partes de la zona fronteriza.
La erosión del suelo, la deforestación y la degradación del entorno marino son indicativos de la creciente degradación del medio ambiente.
La débil gobernanza afecta a la economía y la sociedad en la zona.
Las desigualdades económicas y de recursos son causa de muchos problemas en las zonas fronterizas.
Achim Steiner, Subsecretario General de la ONU y Director Ejecutivo del PNUMA, declaró en referencia al acuerdo entre Haití y la República Dominicana que "abordar conjuntamente el tema de la degradación ambiental es una de las bases para la transición hacia una economía verde, con su potencial para superar la pobreza, generar empleos y sostener los medios de vida ahora y en el futuro. PNUMA está dispuesto a ayudar a ambos países en el logro de esta transición".
Las diez recomendaciones planteadas en el estudio, financiado por los Gobiernos de Noruega y Finlandia, se aplicarán a un costo estimado de 136 millones de dólares en un período de cinco años. Son las siguientes.
Protección y el aumento de la cubierta vegetal.
Promoción del desarrollo agrícola sostenible.
Reducción de los riesgos de inundación transfronterizos.
Mejora de la sostenibilidad del comercio transfronterizo y los mercados binacionales.
Desarrollo y diversificación de la economía de la zona fronteriza.
Control de la contaminación de los ríos transfronterizos.
Mejora de los mecanismos de cooperación transfronteriza en las cuestiones ambientales y de cuencas hidrográficas transfronterizas.
Promoción de la gobernanza ambiental para regular y controlar el comercio de carbón y otros productos forestales.
Fortalecimiento de la gestión de los recursos marinos y costeros.
Análisis de la inundación del lago Azuei y del Lago Enriquillo.
Los diferentes niveles de cobertura abórea en la frontera Haití-Republica Dominicana, en la cuenca del Río Artibonito, muestran un complejo problema de deforestación. 2011 © UNEP
La frontera divide dos países muy dispares por su riqueza y conservación medioambiental.