Un mundo mágico
Un mundo mágico, de profundos valles misteriosos y edificaciones vinculadas a las milenarias pallozas astures, ha llegado casi incólume hasta el año 2.000, pero se encuentra en un gravísimo peligro.
Imagínese un grupo de valles aislados, cubiertos de robledales y bosques de castaños, donde pervive una multitud de construcciones tradicionales directamente vinculadas a las pallozas que habitaron hace 2000 años las gentes astures. Imagínese un mundo verde, cruzado por arroyos de aguas incontaminadas, que dejan en el aire un eterno mensaje de rumores.
Ese mundo aún existe, aunque corre gravísimo peligro, porque la sociedad parece no entender esa riqueza y los responsables del patrimonio también la ignoran.
Concha Casado, una veterana antropóloga de menuda figura y grandísima voluntad, enamorada de aquella tierra desde hace más de cincuenta años, está pidiendo ayuda urgente para mantener incólume ese patrimonio rural que ha pervivido hasta hoy. “Tu, como periodista, puedes ayudarme a defender La Cabrera”, insistía, mientras caminaba por los valles recónditos de la zona.
Ubicada entre el Teleno, la máxima altura de los Montes de León, y La Sanabria, La Cabrera es una zona montuosa, alejada de ferrocarriles, carreteras nacionales y ciudades. La comarca ha pervivido hasta hoy casi aislada del mundo. Por su arcaísmo y su paisaje desde hace mucho tiempo se le bautizó como Las Hurdes Leonesas , aunque no cabe duda de que hoy ya no sirve esa comparación. La Cabrera conserva aún en pié, casi intactos, núcleos de un interés excepcional.
El río Cabrera, que nace en Peña Trevinca y corre hacia el Sil, en medio de una red de profundos valles, domina la geografía de la llamada Cabrera Baja, en tanto que el Eria, que avanza desde el Teleno hacia el Órbigo, aglutina la Cabrera Alta.
Algo más de dos mil habitantes pueblan los cuatro municipios cabreireses, dedicados principalmente a la agricultura y ganadería. Nueces, castañas, escaso viñedo, alubias, patatas y frutales son sus producciones. Antaño, las fincas de centeno se extendían por las laderas, pero hoy el bosque de robles y el matorral han invadido todo el territorio, salvo el fondo de los valles, donde subsiste una pequeña agricultura y algunos pastizales.
Por los montes y valles se ven los canales de agua de las explotaciones de oro romanas, así como numerosos castros y coronas astures. Sólo la zona de Corporales ha sido ampliamente estudiada por un equipo dirigido por Sánchez-Palencia, que ha hallado abundantes restos prehistóricos .
La Cabrera en otoño. Paisaje en Nogar. Foto guiarte
Paisaje en Encinedo, La Cabrera