La catedral de Bamberg
En la Domplatz destaca la poderosa imagen de la catedral. El edificio actual es de los inicios del siglo XIII y acoge los restos mortales del emperador Enrique II y del Papa Clemente II.
La primera catedral quedó consagrada al culto el 6 de mayo de 1012. Sufrió diversos daños en el transcurso del tiempo, especialmente un siniestro en las postrimerías del siglo XI. En 1111 se reabrió el edificio remodelado y aún sufrió una nueva reestructuración en el 1237, tras otro gran incendio. Entonces ya recibió su forma actual.
El templo es de una época de transición del románico al gótico en el que se aprecia la influencia del estilo otoniano, con sendos ábsides contrapuestos. Cuatro esbeltas torres franquean ambos ábsides y le dan un aire característico.
La iglesia tiene tres naves. Hacia la Domplatz se abre el portal de los Príncipes, el más hermoso. En el templo hay una serie de esculturas de altísima calidad. Entre ellas destaca la figura ecuestre del caballero de Bamberg, Bamberger Reiter, del siglo XIII, que representa a un rey, tal vez San Esteban, soberano húngaro y familiar de Enrique II. También es del siglo XIII la tumba de Clemente II.
La tumba de Enrique II el Santo es otro de los elementos notables; es obra de Tilman Riemenschneide. Asimismo es importante el retablo de la Natividad, de Veit Stoss (1523)