Ocio y gastronomía
Aveiro es muy popular entre los turistas por el aire veneciano de la ciudad, la gastronomía, la tranquilidad, el ecosistema y porque cuenta con playas cercanas y elevadas dunas?

Los ovos moles tienen incluso su monumento, en un parque urbano, al lado de uno de los canales
Algo que suelen hacer todos los turistas que llegan a la ciudad es subirse a los moliceiros. Estas pequeñas embarcaciones se dedicaban antaño a recoger los fangos y vegetación de la laguna para secarlos al sol y utilizarlos como fertilizantes de los campos. Pero con la llegada de los abonos químicos entraron en decadencia tales actividades recolectoras.
Tras unos años de declive, se tuvo la feliz idea de aprovechar las embarcaciones para el turismo, y ahora es normal verlas portando turistas por los canales.
Lo que dejó de ser un negocio enfocado al agro pasó a ser un negocio turístico y las barcazas volvieron a surcar las aguas del lugar, pintadas con vivos colores tanto en la proa como en la popa.
En un lado y otro se pintan escenas curiosas. Una suele ser de contenido marcadamente erótico y festivo; la otra se enfoca a la devoción religiosa. Como en el dicho popular, una vela a dios y otra al diablo. Hay otros tipos de barcos, como el de recogida de la sal, pero el más típico, sin duda, es el moliceiro.
Un punto típico para tomar un moliceiro es el Canal Central. Lo tradicional es hacer un recorrido por los canales de la población, aunque también hay excursiones que salen a la ría, un espacio lacustre de gran interés ecológico, especialmente por la avifauna.
En la parte norte de la ría, inmediatamente por encima del canal que comunica la laguna con el Atlántico, hay una reserva natural, San Jacinto, de unas 700 hectáreas, con grandes atractivos naturales: dunas, playas, espacios lacustres con abundante avifauna. El Centro de Acogida al Visitante, organiza visitas guiadas,

La antigua fábrica de cerámica de Jerónimo Pereira Campos, ha sido reaprovechada como centro de negocios y servicios. Imagen Guiarte.com
Otro elemento distintivo de la ciudad es la pastelería. Son famosos los ovos moles, dulce cuya invención se atribuye a las monjas dominicas del convento de Jesús y que se hacía con abundante azúcar y yema de huevo, envuelto el conjunto en oblea, y con forma de barrilito, huevo o caracola. El negocio de estos dulces da trabajo a decenas de personas, y está en expansión. La ciudad, agradecida a este invento, le ha dedicado incluso un monumento.
El otro producto típico de Aveiro son las tripas. Se trata de un dulce elaborado con una base que es similar a la del crep, pero más ancha y poco hecha (retirada antes de que se endurezca). Sobre esta masa se sirve algún tipo de dulce o confitura y se dobla para crear una especie de gran bocadillo dulce.
Mientras que los ovos moles se venden en las pastelerías, las tripas se elaboran por doquier, incluso en numerosos puestos playeros…
La gastronomía del lugar, aparte de estos dulces, es buena. Obviamente, el primer elemento es el producto del mar. Aveiro siempre ha estado ligado a la pesca y en los restaurantes abundan los platos de bacalao y pescado fresco, que con un vinito blanco hace las delicias del gastrónomo. Hay buenos restaurantes por todas partes, aunque la zona más atractiva es el entorno del Mercado de Pescado.
Pasear por la ciudad es agradable por lo tranquila y amable. El viajero que llega en ferrocarril se encuentra en una estación muy grande y con una extraordinaria decoración de azulejos. Luego verá que el azulejo es una seña de identidad de toda la ciudad, tanto edificios oficiales como religiosos y casas particulares.
Hay encanto en el paseo. Las casas humildes con su frente azulejado y flores en los balcones; los gatos mirando al paseante desde la ventana, la tranquilidad de la calle empedrada de tonos blanquinegros; los peces azuloscuros, deslizándose en las aguas claras junto a la proa del moliceiro…

Casitas de planta baja en Beira Mar, una zona sencilla y bella de Aveiro. Imagen de Guiarte.com
Para gozo del viajero, en esta ciudad relativamente llana, es posible utilizar la bicicleta gracias a un servicio gratuito, que únicamente requiere dejar una cantidad en depósito.
Si el visitante tiene oportunidad de programar otras visitas, Ilhavo es otro aliciente. El lugar, antaño una pequeña población de pescadores, ha crecido merced a sus negocios pesqueros y también industriales. Entre estos últimos la fábrica de la archiconocida porcelana Vista Alegre, con un interesante museo sobre esta actividad, muestra que cuenta con 30.000 piezas...
Hay zona comercial en el entorno de la plaza Humberto Delgado, también hay buenas tiendas en la Avenida Dr. Lourenço Peixenho. Como recuerdos de viaje, cerámicas, porcelanas, bordados, objetos de corcho, vinos…
La urbe tiene una extraordinaria oferta hotelera, con varios establecimientos de cuatro estrellas y hoteles y pensiones para clientes con menor poder adquisitivo. A esta oferta hay que añadir la de la playa y de otros lugares del entorno inmediato como Ilhavo. También hay una gran oferta de campings en toda la franja costera.