Tierra virgen
Decir al sur de Chile o de Argentina es decir al final austral del continente Americano. Dos países con disputas territoriales a pesar de disponer de una frontera natural que los divide: la cordillera de los Andes.
Chile, “el país delgado” como lo denominó Pablo Neruda, 4.300 kilómetros de largo y nunca más de 180 de ancho, amenazadoramente se convierte en saeta que apunta hacia la Antártida.
Este país, de arena, fuego y hielo reúne todos los climas y pretensiones de la naturaleza. Mas en este recorrido sólo nos fijamos en el Sur, por Aisén, Tierra de Fuego y Patagonia.
Aisén, tierra de bosques, lagos y glaciares, ya en el extremo sur, da muestras de la sorprendente belleza e inhospitalidad del frío antártico.
La población más importante, Coyhaiqué (40.000 habitantes), es el punto indicado desde el que se puedan organizar aventuras, excursiones por pedregosas carreteras, lo más recomendable son los transbordadores.
La carretera, denominada Austral Longitudinal, aún tiene tramos sin asfaltar o sin trazar. Estamos en la tierra casi-virgen que compagina lagos, islas, fiordos y bellísimos parajes naturales.
Glaciares, agua y montañas.
Desde el aire.