Nueva York, 11 de enero de 2014
A través de una colaboración especial con la Gallerie dell'Accademia de Venecia, y la Galleria Nazionale delle Marche de Urbino, el Museo Metropolitano de Nueva York acogerá a partir del 14 de enero de 2014 una exposición centrada en las pinturas devocionales de Piero della Francesca.
Las cuatro obras expuestas son: "San Jerónimo y un donante", "Madonna y niño con dos ángeles", "San Jerónimo en un paisaje" y "Virgen con el Niño". Estos lienzos nunca antes se habían reunido, por lo que esta muestra hace una importante contribución al estudio de esta importante figura del Renacimiento.
Piero della Francesca, el pintor del Quattrocento
Piero di Benedetto dei Franceschi nació entre el 1416 y el 1420, en Borgo San Sepolcro, en la Toscana italiana. Se desconoce con quién realizó su formación, aunque se supone que fue en el taller de Antonio de Anghiari. También se habla de la posibilidad de que el jóven recibiera formación en Umbría, de donde le provendría el gusto por el paisaje.
En sus primeros años muestra interés por la perspectiva, la proporción, la simetría y la geometría, siguiendo las teorías arquitectónicas y matemáticas de Leon Battista Alberti.
Piero alcanza pronto fama entre sus contemporáneos, gracias a la especial iluminación de sus frescos, que resalta el volúmen de las figuras, a la serenidad que reflejan los rostros que el maestro dibuja y al equilibrio de sus obras.
Pronto empezaría a ser solicitado por príncipes, por lo que visitaría varias cortes italianas en los años cuarenta del siglo XV, en estos viajes ejecutaría varios frescos hoy en día perdidos.
A principios de 1450, Piero entra en contacto con la pintura flamenca, una influencia que marcará su precoz uso de la pintura al óleo y la utilización del lienzo como soporte. Su creciente interés por el paisaje, el detalle y las luces refleja un conocimiento directo de la pintura flamenca.
Su particular estilo, equilibrado y armónico, su rigor en la búsqueda de la perspectiva, la plasticidad de sus inamovibles figuras o el tratamiento de la atmósfera a base de tonalidades suaves y uniformes son algunas de las razones que hacen de Piero della Francesca un artista único, clave del Quattrocento italiano.
En sus últimos años, Piero se ve afectado por una enfermedad de los ojos que le impide trabajar. Murió en Sansepolcro, el mismo día en el que Cristóbal Colón pisó por vez primera América, el 12 de octubre de 1492.
Piero della Francesca: Encuentros personales
Del 14 de enero al 30 de marzo de 2014
Metropolitan Museum Nueva York
San Jerónimo y un donante. Piero della Francesca. 1460–64.
Madonna y niño con dos ángeles (Senigallia Madonna). Piero della Francesca. 1478
San Jerónimo en un paisaje. Piero della Francesca. 1450