Madrid, 4 de enero de 2014
Este fue el arranque de un proceso de protección de esta zona de Andalucía y de reconocimiento de su altísimo valor ecológico, zona que llegó a ser en el 2005 inscrita en le lista de Patrimonio Mundial de la UNESCO, con un espacio de protección de 54.252 hectáreas.
El parque está en la margen derecha del estuario del río Guadalquivir, cuando este ya llega al Atlántico, e incluye una gran variedad de sus biotopos: lagunas, marismas, matorrales, monte bajo mediterráneo y dunas móviles y fijas. Es el hábitat de cinco especies de aves en peligro de extinción, posee una de las mayores poblaciones de garzas de la región mediterránea y sirve de refugio invernal a más de medio millón de aves acuáticas, según destaca la UNESCO.
Situado en el extremo sur de Europa Occidental, a la vera del Océano, Doñana es un extraordinario punto de encuentro de aves. Allí se pueden detectar hasta más de 300 especies diferentes a lo largo del año, muchas de ellas de paso hacia África. Con un clima relativamente suave en invierno, muchas especies quedan aquí a pasar la época más fría del año.
Zona despoblada en los siglos precedentes, en los que fue cazadero real y predio de familias poderosas, Doñana atrajo la atención, desde el siglo XIX, de naturalistas de España y del exterior que comprendieron su excepcional valor natural. Hacia mediados del siglo XX, los defensores de la naturaleza quedaron absolutamente alarmados cuando se inició la explotación turística especulativa de la zona, después de que la familia propietaria de gran parte de las tierras vendiese una parte para crear las urbanizaciones de Matalascañas.
Eran los tiempos en los que se habían puesto de moda los planes de explotación masiva del territorio, y ya se preveía además una acción desarrollista encaminada a plantar pinos y eucaliptos y desecar los lagunales.
Según recuerda World Wildlife Fund, el 30 de diciembre de 1963, tras dos años de largas y complicadas negociaciones, se firmó en Jerez (Cádiz) el contrato de venta de 6.794 hectáreas de las marismas de Doñana al World Wildlife Fund, Fondo Mundial para la Vida Salvaje, una organización creada dos años antes para buscar fondos económicos con los que proteger la naturaleza.
Según señala WWF, artífice de la campaña para salvar Doñana fue el biólogo José Antonio Valverde, del CSIC, que contó con la vital ayuda del naturalista suizo Luc Hoffmann, primer vicepresidente de WWF, y de otros de los fundadores de la organización, como Max Nicholson o Peter Scott. De hecho, Valverde convocó a una comisión internacional de expertos para ayudarle en su proyecto de Doñana, y los miembros de esa comisión fueron los mismos que participaron en la reunión (celebrada en Londres en mayo de 1961) dónde se discutió por primera vez la creación de WWF. También jugaron un importante papel algunos propietarios que supieron ver la necesidad de preservar Doñana y decidieron anteponer la conservación a sus intereses particulares.
Los terrenos comprados por WWF, con el apoyo económico de donantes de todo el mundo, formarían la primera reserva biológica integral de España, la Reserva Biológica de Doñana (RBD), cedida en 1965 al Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) con fines de investigación y conservación. Para ello se creó ese mismo año la Estación Biológica de Doñana del CSIC, con Valverde como primer director. En todos estos años, la Estación Biológica ha conjugado de forma ejemplar el binomio de ciencia y conservación en la gestión de las marismas.
La compra de los terrenos supuso el primer gran avance para la declaración en 1969 del Parque Nacional de Doñana. En los límites del espacio protegido también se incluyó la Reserva Biológica del Guadiamar, comprada por WWF en 1968 y aún propiedad de la organización, aunque es gestionada por el CSIC como parte de la reserva integral del Parque Nacional.
“Gracias a visionarios como Hoffmann o Valverde, las marismas de Doñana se salvaron de la desecación. Pero medio siglo después, nuestro humedal más emblemático sigue cercado por múltiples amenazas que comprometen su futuro. Amenazas como el dragado del Guadalquivir, los almacenes de gas en el subsuelo, o los pozos ilegales de agua, que nos recuerdan que aún nos queda mucho por hacer para que las futuras generaciones puedan seguir disfrutando la belleza de Doñana”, ha declarado Juan Carlos del Olmo, secretario general de WWF España.
Doñana, más de medio siglo de lucha por su defensa © WWF/ Jorge Sierra
Julian Huxley (izquierda) y Max Nicholson, fundadores de WWF, en Doñana. © Eric Hosking / WWF