Arquitectura de sabor popular en un pueblo a caballo de la llanura cerealista y la vega. Fotografía de guiarte.com
Siguiendo la Vía de la Plata hacia el norte, desde Moreruela se suceden una serie de pueblos al este del Esla, pueblos ubicados en el secano, pero cada vez más metidos en el valle: Santovenia, Villaveza del Agua y Barcial del Barco. Son lugares de pequeño tamaño, construcción basada en el barro, y una economía agraria que se mantiene relativamente merced a los terrenos de la vega, pueblos en los que la iglesia –sin tener un porte catedralicio en ningún caso- es la principal referencia artística.
Santovenia se halla en la ladera que cae sobre el magnífico valle del Esla, con un plano alargado, abrazando el viejo camino, y con un buen templo parroquial dedicado a la Virgen del Tovar, cerca del cual está una hermosa fuente-lavadero, de tres caños.
A apenas dos kilómetros al este queda Bretó, con una estupenda iglesia parroquial y una bella casa palaciega del XVIII, resto de un antiguo convento. Lo más atractivo es el entorno del cerro que recae hacia el oeste, a la vera del Esla, desde donde se contempla Bretocino, al otro lado del gran río, vigilando el encuentro del Esla y el Tera.