Calle Real en Santa Catalina de Somoza, con una arquitectura tradicional sencilla.Fotografía de Guiarte.com
Iglesia de Santa Catalina de Somoza. Fotografía de Guiarte.com
Imagen de san Blas, el patrono de Santa Catalina de Somoza. Fotografía de Guiarte.com
En el lugar de Santa Catalina de Somoza tambien hay alguna casona de noble porte. Fotografía de Guiarte.com

Por Artemio Artigas
El lugar, pertenece al municipio de Astorga, ciudad que está apenas a 9 kilómetros, y mantiene una población ligeramente superior al medio centenar de habitantes. Una bella iglesia de sencilla espadaña, típìca en la zona, preside el entramado urbano, de casas de piedra de sencilla arquitectura tradicional, de uno o dos pisos de altura.
El paisaje de Santa Catalina es agradable. La carretera comarcal que nos conduce por el Camino de Santiago, tras pasar por Castrillo de los Polvazares inicia una suave ascensión hacia las laderas de los Montes de León, en dirección oeste, para pasar desde una cota de 900 metros, en el entorno de la ciudad de Astorga, a los 1500 de la Cruz de Ferro. A medida que avanza el recorrido, el paisaje se hace más grandioso y solitario.
Esta es una comarca seca, con encinas y robles de escaso porte. En muchos escritos podrá leer que es la Maragatería. Pero no es verdad. El nombre real de la comarca es La Somoza, tal como aún se recuerda en la denominación de diversos pueblos. La Somoza es la sub-montia romana; la región que se hallaba a las faldas del gran monte astur, el Teleno. Lo de la Maragatería es un invento relativamente moderno.
En Santa Catalina, se observa a la par el efecto de la despoblación del siglo XX y también el respiro económico que ha llegado al lugar con el creciente flujo peregrino. En torno a las calles del lugar aparecen fincas de muros de piedra semiderruidos y edificaciones abandonadas en el pasado, pero también casas bien restauradas, a veces adornadas de flores.
Desde Santa Catalina de Somoza en adelante, el viajero verá un nuevo cambio en la estructura edificativa, con casas de sabor sencillo y primitivo, en la que aparecen en ocasiones cubiertas de lajas pizarrosas y aún bálago. El clima también irá cambiando, adquiriendo cada vez una tipología más de montaña y con mayor verdor.
En el pueblo hay algún establecimiento de atención al peregrino, siguiendo una tradición secular. Ya en 1447 tenía el lugar un hospital de peregrinos.
El plano del lugar tiene forma alargada y su eje es la antigua calle Real, a cuya vera se ubica el templo parroquial dedicado a Santa María, de una nave y sencillos altares uno clasicista y otros dos barrocos. En uno de ellos está la imagen del santo más popular, San Blas, patrono del pueblo.
Cerca de la iglesia , en una plazoleta, hay un pequeño monumento a un músico popular fallecido en el final del siglo XX, Aquilino Pastor, quien trató de mantener viva la tradición musical de la zona y que recibió el título de ”Tamborilero Mayor” de la comarca.