Puerta del Postigo. Redondo, Alentejo, Portugal. Imagen de Guiarte.com
Colores rotundos, luminosos, en las casas de Redondo, Alentejo, Portugal. Guiarte.com
la picota ante la iglesia matriz de Redondo, Alentejo, Portugal. Imagen de Guiarte.com
Claudio Path. Guiarte.com
La zona es bella. En esta parte del Alentejo se alza la sierra de Ossa, con unos 650 metros de altitud máxima, suficiente para emerger de la llanura y romper la teoría de viñedos, olivos, encinas y alcornoques con una serie de valles y montañas de paisaje verdeante. Es zona de mármoles y de castillos. En torno a esta sierra están los de Alandroal, Evoramonte, Villa Viçosa, Estremoz… y Redondo.
Redondo es capital de un municipio y tiene unos 6.000 habitantes. Se halla en una zona de vocación agraria en la que se detectan varios monumentos megalíticos. Pero lo más interesante de la ciudad es el castillo que se alza en la parte más elevada de la población
La fortaleza fue mandada construir por el rey Dinis, Dionisio I, en 1319. D. Dinis (1261 .1325) fue un destacado monarca reorganizador del reino de Portugal, una vez que se consolidó la recuperación del territorio ocupado por los árabes.
El castillo se edificó al parecer sobre un fuerte preexistente y tiene una estructura ovalada con dos puertas defendidas por sendos pares de torres redondeadas que se hallan en las zonas más alejadas del óvalo, unidas por una calle central.
La puerta más espectacular es la del Postigo, que mira al oeste, y se abre ante la plaza de D. Dinis, espacio en el que también está la parroquia del lugar, dedicada a Nuestra Señora de la Anunciación, de aire barroco
Hay dos grandes torres ubicadas hacia la mitad de los dos lienzos que unen ambas puertas por el norte y el sur. Una, la llamada torre del Homenaje, está al norte, es una excelente construcción de época manuelina, con 23 m de altura. La otra torre es la de la Alcaidaria, y se conserva en peor estado.
En la plaza de D. Dinis se puede ver la picota (El pelourinho) al parecer de época manuelina. El mismo estuvo almacenado en dependencias municipales hasta que se reconstruyó en los años treinta, aunque no se conserva la totalidad del monumento.
En la zona hay cierta artesanía de madera, cerámica y corcho. Existe un museo del vino y otro del barro. En general, esta es una zona de internes agrícola y ganadero, y de sus producciones destacan los vinos, decreciente prestigio. La gastronomía es la típica alentejana.
Cerca del lugar está el convento de San Pablo, erigido en un paisaje ameno de la Sierra de Ossa, que conserva una excelente azulejería. En este lugar, actualmente transformado en centro hostelero, pasaron destacadas figuras de la historia portuguesa
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