Obanos

Por Artemio Artigas
Es una localidad ya citada frecuentemente en la Edad Media, cuando allí se reunían los infanzones navarros, una especie de sindicato de la baja nobleza del país.

Tiene Obanos una esbelta iglesia neogótica, varias ermitas y algunos caserones adornados con escudos nobliarios.

Entre los elementos de la arquitectura civil, varias construcciones palaciegas como la casa Muquiz, del siglo XVII, con arco de medio punto y tres niveles de ventanales, o la Zabalegui, también con buen arco de medio punto, etc.

En el plano religioso destaca el templo de San Juan Bautista originario de 1912, en el que se conservan algunos elementos góticos de una iglesia del siglo XIV, especialmente portadas y ventanales.

El templo, de una sola nave, viene realzado por una gran arquería, la esbelta torre cuadrada y los arbotantes que coronan los extremos del hastial.

En el interior, un retablo neogóticista y diversas imágenes del templo anterior.

Entre las ermitas del lugar cabe citar a la de Nuestra Señora de Arnotegui, muy ligada a la leyenda que dio origen al Misterio de Obanos.

El misterio de Obanos
Periódicamente (una periodicidad un tanto anárquica) se presenta en el lugar el llamado Misterio de Obanos, que es una especie de auto sacramental que narra una leyenda que proviene de la Edad Media y de hondo sentido jacobeo.

La narración relata cómo Felicia, princesa de Aquitania, peregrina a Santiago, pero no regresa a casa porque decide ofrecer su vida a Dios, quedando a servir en una casa del trayecto, sin descubrir su alcurnia. Su hermano Guillem decide partir en su busca; halla a la sirvienta, pero esta no quiere atender las razones del hermano quien, airado, la mata.

Atormentado por el remordimiento Guillem peregrina a Compostela, y a su vuelta se entrega a la vida religiosa como ermitaño en Obanos.