El túnel de Montefurado, en el río Sil. Guiarte.com. Copyright.
Las huellas de la explotación minera romana se ven en el mismo casco urbano de San Miguel de Montefurado. Guiarte.com. Copyright.
Montefurado, en el municipio de Quiroga, deriva de “monte agujereado u horadado”.
Muy cerca del San Miguel de Montefurado está la explicación de tal topónimo, porque en el siglo II de nuestra era se horadó aquí el monte para desviar el cauce del río Sil y extraer oro de los aluviones de un gran meandro.
Toda esta zona de Galicia, al igual que León, conserva testimonios importantes de la minería del oro romana, y este de Montefurado es de los más curiosos.
El agujero en la montaña tiene unos 17 metros de altura. Se puede ver perfectamente siguiendo una desviación que sale a la derecha de la carretera N 120 y que nos lleva –dando un pequeño rodeo- hasta el caserío de Covallos.
Pero al lado de la misma aldea de San Miguel de Montefurado se observan unos torreones de barro en medio de las fincas de cultivo, que testimonian la minería romana de oro practicada por el sistema de “ruina montium”, el mismo que se utilizó en las Medulas del Bierzo.
Para controlar estas instalaciones, parece que hubo un destacamento militar en las cercanías, concretamente en el lugar de Sesmil.
Esta zona es sumamente atractiva y muy abrupta. El Sil avanza entre las estribaciones de la sierra de Caurel, en un valle profundo, salpicado de pueblos que destacan en medio del verdor. La profundidad del valle permite un clima benigno, que facilita una excelente producción agraria, desde la viticultura a los árboles frutales.
En el plano artístico, San Miguel de Montefurado tiene una excelente iglesia, de poderosa torre cuadrangular de tres niveles, con una sola nave y retablo barroco. El templo es del siglo XVIII.
Por Artemio Artigas
