Desde el campanario se contempla el pequeño pueblo, y más allá la vega del Órbigo. Fotografía de guiarte. Copyright.
Siguiendo la Vía de la Plata hacia el norte, por encima de Benavente está Villabrázaro, y luego Maire de Castroponce, un sencillo pueblo, ubicado a la vera del Órbigo. El “apellido” de Castroponce deviene del pequeño señorío que controló varias poblaciones de la zona.
El lugar, –como la mayoría de la región- ha perdido vigor demográfico y se va tornando silencioso. El campanario de la iglesia de Santa María es un excelente mirador para ver la boscosa estampa del valle. Al otro lado del río está Coomonte. Pasado el pequeño pueblo se avanzará hacia Alija del Infantado por el famoso puente de La Vizana.
LA VIZANA
La construcción de la Nacional VI, siguiendo la senda paramera alejó el tráfico que antaño iba por estos pueblos en dirección a Astorga. Ahora, el viajero –alejado del bullicio de la ruta nacional- podrá disfrutar aún más de la tradicional hospitalidad de las gentes.
Aquí hubo un pueblo desaparecido aún en el siglo XIX. El Puente de La Vizana está un hermoso enclave. El camino abandona la margen oriental del río Órbigo y pasa hacia occidente en esta vieja y sólida obra de hermosa factura medieval. A su lado hay una animada playa fluvial durante el verano.
El actual puente de La Vizana, de probable origen romano y obra medieval, se reconstruyó a finales del XVI, aunque en diciembre de 1808 fue volado por los ingleses para impedir el paso de Napoleón. El arco central, destrozado en la Guerra de la Independencia, no fue rehecho hasta pasado más de un siglo, en 1917. Este destrozo del viejo paso del Órbigo fue clave para que la moderna carretera acabase yendo a cruzar el río bastante más al norte, dejando a un lado, solitarios, los lugares por los que antaño pasaba la Vía.
Si en los inicios del XX, cuando se reconstruyó el puente, se tuvo escasa gracia al reparar el ojo central, rompiendo la armonía de la estructura medieval, los “modernos” han tenido la desfachatez de hacer recientemente un puente nuevo absolutamente funcional, pero absolutamente insulso, a menos de cien metros aguas arriba, con lo que merman la belleza del enclave. ¿Aprenderemos alguna vez a valorar el patrimonio y la cultura?.
