El lecho del Órbigo, en primavera, cubierto de flores blancas. Al fondo el puente medieval. Foto guiarte. Copyright
En torno al río Órbigo, a un lado y otro del viejo puente medieval que cruza la vigorosa corriente, en la vieja vía que enlaza León con Astorga, se hallan dos poblaciones íntimamente ligadas por la historia: Puente y Hospital de Órbigo. Hoy la mayor de las dos localidades es Hospital de Órbigo, que ha crecido en los últimos tiempos merced a su condición de lugar de paso y cruce de caminos (la carretera que une La Bañeza con la Magdalena y la de León a Astorga), centro de una fértil vega y zona agradable para el reposo y el yantar.
El Órbigo
El Órbigo ha sido un río muy importante en la historia. Riega uno de los valles fundamentales de las tribus astures. En esta zona derrotó Teodorico a los suevos, aquí se produjeron diversas batallas entre árabes y cristianos y se dirimieron conflictos entre las grandes familias señoriales en el tumultuoso siglo XIV, aunque, aún hoy, el lance más legendario vinculado al río es el referido a las justas medievales de Suero de Quiñones.
Corría el año 1.434 cuando Suero de Quiñones, dolido por el desamor de una dama, se comprometió a mantener en su poder el paso del río, aliado con nueve amigos de pendencia, hasta romper trescientas lanzas de otros tantos caballeros.
Desde el diez de julio y durante treinta días, los integrantes de aquella gavilla pendenciera estuvieron impidiendo el cruce del Órbigo, intercambiando leñazos con todo el que acudía por las inmediaciones.
Aquella fanfarronada ha pasado a la historia, y hoy es motivo para unas animadas justas medievales que se celebran en esta bella zona, muy atractiva para el turismo el general, especialmente el que procede de Asturias.
Turismo y arte
Estos territorios son bellos. En las riberas, cuajadas de bosques, canta la variada avifauna de ribera; en las aguas claras y frescas habitan las escurridizas truchas, y en los establecimientos de recreo se solazan numerosos turistas que buscan un descanso apacible, ennoblecido con los placeres del buen comer.
Además, es paso obligado de los viajeros que realizan el Camino Francés, con lo que los estíos tienen inusitada animación.
Lo más interesante de la zona es la agradable ribera; es buena la comida, muy tradicionales las sopas de truchas.
En el plano de arte, lo mejor el irregular puente medieval, originario del XIII y con restauraciones de diversas épocas, las últimas del siglo XX. Fue declarado monumento nacional en 1939
La iglesia de Hospital, San Juan, es sólida, del XVIII, la de Puente de Órbigo, Santa María, tiene una airosa espadaña, habitualmente animada por las cigüeñas. Ambas estuvieron vinculadas desde su origen a la orden Hospitalaria de San Juan. Puente de Órbigo era una importante encomienda.
Ente ambos pueblos tienen algo más de mil habitantes. Cuentan con establecimientos hoteleros.