El ruinoso castillo de Fuentidueña. Foto Sanchez Carreño-guiarte. Copyright
A unos 60 kilómetros de Madrid, por la carretera Nacional 3 , que une la capital española con Valencia, se halla la población de Fuentidueña de Tajo, a orilla del río de este nombre y a la vera de un ruinoso castillo.
El castillo ya esta arruinado desde hace mucho tiempo. En la primera mitad del siglo XIX sólo quedaba en buen estado la torre de Los Piquillos.
Tal como testificaba Madoz, en su Diccionario Geográfico, el hallazgo de monedas de los emperadores romanos, cimientos y restos constructivos, muestra que el lugar tuvo importancia hace 2000 años
En el siglo XIX, cuando se hizo la obra enciclopédica de Madoz, el lugar tenía 85 casas y 45 cuevas habitables.
Fuentidueña está en un lugar estratégico por donde tradicionalmente pasaba el tráfico entre el centro y el Mediterráneo. Tras la ubicación de la capitalidad española en Madrid, este itinerario tomó notable auge. El camino aparece citado en el siglo XVI en varios textos. En el siglo XVII constituye uno de los Caminos de Postas
Aquí se ubicó, tal vez desde época árabe, un castillo, reconstruido en el siglo XIV.
Hoy aún aparecen altivas las últimas paredes, a la orilla de la carretera nacional, dominando un cerro desde el que se contempla una magnífica vista de la cuenca del Tajo.
En Fuentidueña hizo testamento Alfonso VIII, en el año 1204.
En este ruinoso lugar, al parecer, habitó Doña Urraca, mujer de Alfonso I el Batallador. Otro huésped del mismo fue Álvaro de Luna, Marqués de Villena, primero como prisionero y posteriormente como dueño de la fortaleza.
La importancia de la misma estaba vinculada a su estratégica posición, en las rutas del centro a Andalucía y del Mediterráneo hacia Madrid y Alcalá.
Entre los elementos de interés locales está el popular puente de Hierro, encargado por la Diputación de Madrid al ingeniero José de Echevarría, que contrató el artilugio en Francia, a una empresa vinculada a Eiffel.
De Fuentidueña son notables las casas-cueva, algunas aún habitadas y bellamente encaladas. Las hay tanto en el barrio del Castillo como en la parte baja del pueblo. En toda la zona fueron habituales las viviendas subterráneas. Un interesante ejemplo de la prehistoria lo tenenos cerca: en los riscos de Perales de Tajuña.