Caballos pastando en los prados cercanos al río. Foto de Raquel Alvarez Canseco.
En la pequeña iglesia de Donillas, de construcción reciente, se venera la Virgen del Socorro. Imagen de Guiarte.com
El viejo templo de Donillas resultó arruinado en el siglo pasado. Sus restos ofrecen una imagen romántica, cerca del río. Imagen de Guiarte.com
Exvoto de tiempos de la Guerra de la Independencia, presentado a la Virgen del Socorro. Imagen de Guiarte.com.
Donillas: el centro de devoción mariana de La Cepeda.
Donillas es un pequeño lugar, situado un agradable enclave a la orilla de la corriente del río Tuerto, en el norte de la comarca de La Cepeda.
Con un censo de medio centenar de habitantes, el casco urbano se halla apenas a un kilómetro al sureste de Villameca, en medio de un espacio de cultivos y un agradable bosque de ribera. En el centro del pueblo hay una zona de arbolado que contribuye a hacer del mismo un punto apacible y tranquilo.
En Donillas aún se observa una buena calidad de edificación tradicional, con abundancia de piedra pizarrosa bien trabajada.
La Virgen del Socorro
El lugar es históricamente el centro religioso de devoción mariana de la comarca. En la pequeña iglesia, de construcción reciente, se venera una imagen de la Virgen del Socorro que se trasladó desde el desaparecido pueblo de San Pedro (ubicado entre Sueros y Donillas).
El templo anterior resultó arruinado en el siglo pasado, y sus restos ofrecen una imagen melancólica en uno de los rincones del lugar.
Existe una bella leyenda en torno a la traslación de la imagen, en la que se dice que una vez despoblado San Pedro, los vecinos de Sueros y los de Donillas intenteron repartirse las pertenencias de la Iglesia. Los de Sueron querían llevarse la imagen de la Virgen, la más venerada de la comarca, pero los bueyes que tiraban del carro reiteradamente tomaron el camino hacia Donillas, lo que fue interpretado como una señal de que la Virgen quería quedar en este último lugar.
El catastro de Ensenada señalaba ya que en el lugar abundaban los prados y ferreñales y que el censo de ganado incluía bueyes, vacas, yeguas, cerdos, corderos y cabras. También se explotaban colmenares.
Entonces en Donillas había 14 vecinos, con 23 casas y dos molinos, uno de ellos de un vecino de Culebros. Existía una taberna abastecida por la vecindad, un herrero y un sastre.
Un siglo más tarde, el diccionario de Madoz indicaba que existían allí 17 casas techadas de paja. Donillas disfrutaba de buenas aguas y terreno de mediana calidad: Se producía “centeno, lino patatas, yerbas y hortaliza; y criaba ganado lanar y vacuno”.
Los lugareños traficaban entonces con “vino de Castilla, legumbres de tierra de la Ribera, y vendían leña en Astorga”.
Aquella actividad de transporte ha decaído y la agricultura da trabajo a poca gente, pero Donillas continúa siendo un lugar ameno a la vera del río Tuerto.
Por Tomás Alvarez