Paisaje invernal en Covarrubias, a la orilla del Arlanza, con el Torreón y al fondo la colegiata. Foto Moreno Gallo-guiarte. Copyright
Covarrubias invita al reencuentro con el pasado, por su imagen medieval, con las casas de adobe y tracería de madera, una colegiata que atesora belleza e historia y un torreón que aún hoy impone por su fortaleza.
Todo nos habla de un pasado notable, pese a que la población no llega a mil habitantes, y no aparenta la pasada grandeza histórica, cuando por estos lares habitaba la familia del conde Fernán González y Covarrubias desempeñaba un papel importante en los aconteceres de la Corona de Castilla.
El vigor de su pasado y la calidad de su arquitectura tradicional hacen del lugar un centro turístico de importancia sobre todo en los tiempos en los que la climatología es benigna.
Entre los elementos característicos del lugar están las casas con entramados de madera, algunas de época medieval; el torreón de doña Urraca, del siglo X, aunque tal vez sobre una base mucho anterior; el ayuntamiento, que se dice palacio de Fernán González, y sobre todo la colegiata de los santos Cosme y Damián.
La colegiata es de gótico tardío, siglo XV, con un claustro posterior. En el recinto hay una treintena de sepulcros, entre ellos los de Fernán González y de doña Sancha, su esposa. En el claustro está el de la princesa Cristina de Noruega, esposa del infante don Felipe, hermano de Alfonso X, del siglo XIII. La historia de esta triste princesa que murió de melancolía en Sevilla, en 1262, es una auténtica novela.
El museo parroquial tiene valiosas piezas de orfebrería, una tabla del círculo de Van Eyck y otra de Pedro Berruguete. Pero la mayor joya es el tríptico de los Reyes Magos, que se ha vinculado a Gil de Siloé.
Aún hay en el lugar algún atractivo más, como la iglesia de Santo Tomé, del siglo XV. Covarrubias es conjunto histórico artístico.
Cerca se halla también el monasterio de San Pedro de Arlanza, ruinoso, fundado en el año 912 por Gonzalo Fernández, padre de Fernán González. Entre los restos perduran partes románicas, góticas y obra del XVII..
También se halla cerca de Covarrubias la localidad de Quintanilla de las Viñas, con su interesante templo visigótico, la ermita de Santa María de Lara.
La gastronomía del lugar es la típica de Burgos; especialmente vinculada a las carnes, tanto lanares como porcinas. Hay establecimientos de hostelería y restauración
Datos de Interés: Ayuntamiento. Teléfono 94740 64 87
Oficina de turismo. Teléfono 94740 64 61
Un triángulo especial: COVARRUBIAS, SILOS Y LERMA Por Miguel Moreno.
En el sureste de la provincia de Burgos hay un triángulo de arte y cultura muy accesible para los viajeros de la Nacional I (Madrid-Irún).
El inicio de la ruta puede ser Lerma, cuna del duque del mismo nombre que configuró su traza urbana durante el renacimiento español.
Merece la pena, una vez contemplado el perfil de la villa desde el río Arlanza, pasear por la enorme plaza porticada, descubrir los conventos con fachadas de limpia traza o asomarse a la Colegiata, en donde se encuentra la estatua del Duque de Lerma, aquel controvertido personaje del que se decía, en alusión a sus ascensos eclesiásticos: para no morir ahorcado, el mayor ladrón de España se vistió de colorado.
Si coincide con la hora de la comida, Casa Antón prepara un cordero asado con fama en Burgos, que ya es buen aval.
Covarrubias está a un cuarto de hora por la carretera comarcal 110. Es el reencuentro con un pueblo de imagen medieval, con las casas de adobe y tracería de madera, una colegiata que atesora belleza e historia y un torreón de doña Urraca que aún hoy impone por su fortaleza.
También aquí Casa Galín da bien de comer, un buen cocido por ejemplo.
Hacia el sur, apenas otro cuarto de hora en coche, Santo Domingo de Silos ofrece sus servicios hoteleros, de paz y remanso, aunque casi todos los viajeros quieren ver el Monasterio.